Londres. Gran Bretaña, anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2012, será hoy el próximo rival del equipo español de baloncesto, que desea seguir su camino sin menospreciar a sus rivales y consiguiendo una nueva victoria que les mantenga en línea con el objetivo propuesto, acabar como líder del grupo B. La selección lleva una trayectoria impoluta, pero más allá de los resultados está la sensación de madurez y efectividad de un equipo que parece tener muy claro casi todo y que es capaz de reaccionar cuando es necesario, matar el partido en el momento oportuno y controlar el marcador hasta el final sin hacer gastos extras de energía.

Y todo esto con el capitán Juan Carlos Navarro entre algodones y sin muchas posibilidades de jugar de forma inmediata. El escolta del Barcelona no jugó contra Australia y parece poco probable que lo haga contra los británicos, aunque es el cuerpo médico y, sobre todo, el propio jugador el que evalúa casi hora a hora el nivel de dolor que sufre en el pie izquierdo (fascitis plantar). Gran Bretaña no es ninguna potencia en baloncesto, pero tiene jugadores interesantes con Luol Deng (Chicago Bulls) a la cabeza ante lo que no conviene despistarse demasiado, como hizo Brasil, para evitar que se crezcan y tener que hacer un esfuerzo extra para conseguir la victoria.

"Juegan en casa, tienen el apoyo de la grada y siempre te pueden complicar la vida", dijo ayer José Manuel Calderón. El equipo nacional siempre se ha caracterizado por respetar a todos los rivales y en esta ocasión no hará ninguna excepción. "Si te relajas, cualquier equipo te puede ganar", ha comentado el seleccionador Sergio Scariolo en más de una ocasión. Tras el "paso adelante" dado ante Australia, el equipo debe seguir progresando y hacer más largas las rotaciones para dar más descanso a los que acumulan más minutos y que los menos habituales tengan la opción de seguir afinando su puesta a punto y puedan seguir aportando al equipo. Tras Gran Bretaña, llegarán Rusia y Brasil en lo que constituirán los partidos decisivos para determinar el líder del grupo y tener el cruce de cuartos de final más cómodo posible.