ESTADOS UNIDOS: Paul (5), Bryant (10), Durant (22), James (9), Chandler (8) -cinco inicial-, Westbrook (9), Williams (3), Iguodala (1), Love (14), Harden (5), Anthony (9) y Davis (3).

FRANCIA: Parker (10), Batum (7), Gelabale (4), Diaw (9), Turiaf (7) -cinco inicial-, Seraphin (3), Causeur (0), Diawara (0), Traore (12), Bokolo (4), Pietrus (8) y De Colo (7).

Parciales: 22-21, 52-36 (descanso), 78-51 y 98-71.

Árbitros: Maranho, Pukl y Aylen. Sin expulsados.

Incidencias: 8.878 espectadores en el Basketball Arena.

Si los participantes en los Juegos Olímpicos de Londres pretender algo más que medirse a Estados Unidos tendrán que poner en el parqué algo más que Francia ayer. Los galos apenas aguantaron el primer cuarto con el marcador igualado antes de ser aplastados por el rodillo americano sin oponer demasiada resistencia.

Medirse al gran favorito, competir contra jugadores con los que se comparte vestuario, no pareció motivar a la selección subcampeona de Europa, que incidió en sus carencias ya conocidas. La principal de ellas, su inconsistente tiro exterior. 2 de 22 triples -1 de 11 en cada mitad- anotó Francia lo que, unido a sus 18 pérdidas de balón y al incontestable dominio reboteador de los yankees, abrió una autopista para las carreras de los estadounidenses. Chris Paul y Deron Williams se hartaron a conducir transiciones, culminadas por cualquiera de sus compañeros. Todos anotaron y la cuenta de asistencias ascendió a 27 para satisfacción de Mike Krzyzewski.

Francia ni siquiera entró en la batalla física, la única en la que no era claramente inferior. Parker y De Colo, sus jugadores más creativos, se vieron intimidados por la defensa de Estados Unidos y a partir del parcial de 11-0 con el que se abrió el segundo cuarto (33-21), los jugadores de Vincent Collet se dedicó a dejar pasar los minutos sin enseñar ni un ápice de ambición u orgullo.

Estados Unidos, por ello, tampoco tuvo que emplearse a fondo y pudo repartir minutos entre todos sus jugadores, incluidos el jovencito Anthony David, que mostró algunas de las virtudes que le han hecho ser número 1 del draft, y el discutido Kevin Love, que al menos por calidad no está de más en un equipo con tantas estrellas.

Tyson Chandler hizo 8 puntos y 9 rebotes en apenas diez minutos y LeBron James se fue a ocho asistencias en un día en que cedió el protagonismo a otros como Kevin Durant, otro que anota puntos sin despeinarse. Y menos ahora que ha decidido raparse la cabeza.

Tras el descanso, la ventaja de los estadounidenses se fue con la gorra por encima de los 20 puntos en un final de partido carente de emoción que no atraparía a los espectadores con menos apego al baloncesto, pese a algunas bonitas acciones de cara a la galería.

Francia pensó que ayer tampoco era el día apropiado, que el rival que le derrotó en sus dos únicas presencias en finales olímpicas (Londres 1948 y Sydney 2000) sigue estando muy lejos de su alcance. Si el ejemplo cunde, el torneo olímpico puede quedarse sin emoción muy pronto, algo que a los estadounidenses tampoco les va a importar demasiado.