No sólo de velocidad vive el atletismo olímpico. De hecho, muchas de sus mitos se han construido a lo largo de la historia en pruebas de más largo aliento. En Londres las carreras de medio fondo y fondo y los saltos ofrecerán grandes momentos, aunque los récords están caros y alguno de ellos, sobre todo los femeninos y todos los que tienen que ver con los lanzamientos, se remontan a veinte años atrás cuando este deporte navegaba por aguas pantanosas.

La ilusión de los anfitriones El atletismo británico espera mucho de sus individualidades más destacadas. Destaca, sobre todo, Mo Farah, el hombre puede batirse de tú a tú a los etíopes, a los kenianos y a los africanos que corren con otra nacionalidad. Nacido en Somalia, aspira a lograr el oro en los 5.000 y los 10.000 metros, donde correrá Kenenisa Bekele, quien logró la misma hazaña en Pekín.

David Greene, campeón mundial de 400 vallas, es otro aspirante local al oro en pugna con el portorriqueño Javier Culson. Lo mismo que Jessica Ennis, que llega con la mejor marca del año en el héptatlon cerca de 7.000 puntos. Pero si alguna medalla desean los británicos es la de maratón. Paula Radcliffe, con 38 años, dos hijos y el récord del mundo aún en su poder, persigue el título que se le ha resistido hasta ahora.

Otra posibilidad de podio británico es la del saltador de triple Philips Idowu, pero anda en líos con el Comité Olímpico Británico por culpa de una lesión y su tratamiento no debidamente justificados que ha levantado algunas sospechas que podrían conllevar su expulsión si no se explica debidamente.

El poder africano El estadio verá ganar a muchos atletas de África. Dos de las pruebas más atractivas, aquellas en las que destacó Sebastian Coe, tienen a dos kenianos como candidatos al oro y a bordear el récord del mundo. David Rudisha, en los 800 metros, se ha quedado este año a medio segundo de su propio récord del mundo. Su más cercano perseguidor es el junior de Botswana Nijel Amos, campeón mundial junior en Barcelona hace dos semanas, aunque Rudisha deberá cuidarse del sudanés Abubaker Kaki y del ruso Yuri Borzakowski, letal en carreras lentas.

En los 1.500 metros también se vaticina una marca cercana al récord del mundo. Asbel Kiprop, actual campeón olímpico, corrió la semana pasada en Mónaco en 3.28.88, la mejor marca en la distancia en ocho años. Los vaticinios dicen que el podio le escoltarán sus compatriotas Silas Kiplagat y Nixon Kiplimo.

Entre las mujeres, se prevé un fantástico duelo en los 5.000 y los 10.000 metros entre la etíope Tirunesh Dibaba, campeona olímpica de las dos distancias, y la keniana Viviane Cheruiyot, que lo es mundial. En 800 metros, la keniana Pamela Jelimo debería pelear con Caster Semenya, pero la sudafricana lleva un tiempo bajo mínimos.

El reto de Isinbayeva La atleta de Ekaterinburgo aspira a ganar su tercer oro olímpico consecutivo, aunque para ello deberá mejorar las prestaciones de los últimos campeonatos y arriesgar menos en la elección de alturas. La competencia ha crecido a su alrededor y Yelena Isinbayeva ya puede ir de sobrada en el pasillo. En la prueba masculina, el gran favorito es el francés Renaud Lavillenie, que ha saltado este año 5.97 metros.

En el capítulo de los saltos, lejos quedan los tiempos y las registros de Sergei Bubka, de Javier Sotomayor, de Mike Powell, de Jonathan Edwards, de Stefka Kostadinova. Ahora todo es mucho más terrenal, abundan los nulos y las marcas provocan mucha igualdad entre los participantes, pero escasa emoción en el público.

Espectáculo sobre las vallas Las dos carreras cortas de vallas presentan otras estrellas del tartán londinense. En la prueba masculina, se anticipa un enorme duelo entre el cubano Dayron Robles, que fue descalificado en el Mundial de Daegu y ha tenido problemas físicos este año, y el chino Liu Xiang, que en los Juegos de Pekín tuvo que abandonar por una lesión. Entre las mujeres, el espectáculo lo pone la australiana Sally Pearson, un prodigio de perfección, que tiene seis de las siete mejores marcas del año. Pero la mejor marca del año es del estadounidense Aries Merrit, que puede colarse en las medallas.

El hombre 9.000 Gran Bretaña tiene como uno de sus héroes olímpicos al decatleta Daley Thompson que tiene en estos Juegos de Londres a un más que digno sucesor. El estadounidense Ashton Eaton llega con el récord del mundo logrado en los trials de su país. Logró 9.039 puntos en la segunda vez en la historia que se supera la barrera de los 9.000 puntos. Será difícil que el superatleta de Oregon repita en Londres, pero merecerá la pena seguirle.

Opciones europeas Al margen de los lanzamientos y quizás las marcha, donde Europa hará un buen acopio de medallas, las posibilidades de los europeos no son muchas más fuera de las ya citadas. En 400 metros, el belga Kevin Borlée llega con la quinta marca del año y en forma creciente. En 3.000 obstáculos, hay que contar con el subcampeón olímpico y campeón continental, el galo Mahiedine Mekhissi-Benabbad. En la prueba femenina, Marta Domínguez podría ser una candidata, pero de la palentina nada se sabe desde que retirara hace un mes por lesión en el primer kilómetro en los Europeos.

Pese a la ausencia de la croata Blanka Vlasic, la rusa Anna Chicherova y la cántabra Ruth Beitia sueñan con buenas marcas con un podio en la altura femenina, lo mismo que el ruso Ivan Ukhov en la prueba masculina.