Bradley Wiggins se dirige con mano firme hacia la victoria en el Tour de Francia y en el camino el británico parece derrochar fuerzas en otras tareas, como la de acabar con ataques de rivales o lanzar el sprint de su compañero de equipo Edvald Boasson Hagen. Al frente de la formación Sky, que está dominando con mucha soltura el Tour, Wiggins se permitió ayer el lujo de convertirse en gregario de su gregario y en la recta final que llevaba a Le Cap d'Agde, lanzar la llegada del noruego.
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