Vitoria. Los derechos que tenía La Sexta para la retransmisión en exclusiva de partidos de fútbol en abierto, es decir, sin codificar y disponible a todo el mundo, expiraron con la temporada 2011-2012 y a falta de seis semanas para que dé comienzo un nuevo campeonato liguero se desconoce qué canal televisivo se encargará de hacerlo. Las incógnitas alcanzan incluso en qué parrilla semanal se programarán estos encuentros. Tradicionalmente reservados para la noche de los sábados, hay muchas probabilidades de que en la próxima temporada se trasladen a la noche de los lunes, lo cual implica que los partidos de los dos grandes referentes a la hora de concitar el reclamo de las audiencias, como son el Real Madrid y el Barcelona, pero también el Valencia y el Málaga, si pasa la fase previa, no podrán ser emitidos en abierto, ya que el día siguiente, martes, o el miércoles, disputan la Liga de Campeones, y eso implica que sus horarios deberán programarse en sábado o domingo para que dispongan de tiempo suficiente de descanso entre una competición y otra.

Sólo hay una certeza. Que la denominada Ley Cascos, medida que surgió el 3 de julio de 1997 impulsada por Francisco Álvarez Cascos, entonces vicepresidente del Gobierno del PP, permanece imperturbable. La Ley Reguladora de las Emisiones y Retransmisiones de Competiciones y Acontecimientos Deportivos impuso la emisión televisiva en abierto y gratis para todo el territorio estatal de un partido de la Liga de Primera División por jornada. Dicha ley se promulgó en plena guerra del fútbol, en la que el Gabinete de José María Aznar intentó, a través de Vía Digital, acabar con los derechos adquiridos por PRISA (Digital+) para la retransmisión de los partidos.

Sin embargo, la Ley General de Comunicación Audiovisual de 2010, lejos de corregir aquel desafuero, prolongó la situación diseñada en 1997 incluyendo también un partido de fútbol en "interés general".

La citada ley es considerada por la Liga de Fútbol Profesional y por las diferentes cadenas televisivas como un anacronismo, si tenemos en cuenta que ninguna de las grandes ligas europeas contempla una medida semejante y el fútbol se concibe como un espectáculo y como tal espectáculo debe pagarse.

Una ruina Pero además de ser una reliquia, el fútbol en abierto, tal y como está hoy el percal, se ha convertido en una ruina. En consecuencia, ningún canal lo quiere, al menos al precio que la pasada temporada pagaba La Sexta junto con algunas cadenas autonómicas. Cien millones de euros anuales, dos por encuentro retransmitido.

Expirado el anterior contrato, las negociaciones que ahora mantienen Mediaset (Telecinco y Cuatro), Antena 3 y, en menor medida, La Sexta con Mediapro, dueña de los derechos televisivos de la Liga BBVA, se iniciaron el pasado 13 de mayo y todavía prosiguen. Se acaba el tiempo, pero no se vislumbra un acuerdo.

Las negociaciones se mantienen además en el más estricto secreto. De cifras, nada. "Solo buscamos criterios de rentabilidad", señala a DNA una fuente de Telecinco próxima a las negociaciones, máxime después de la decepcionante experiencia que tuvieron con la reciente Eurocopa de Polonia y Ucrania, donde los encuentros de la selección española, que ganó el título, batieron récords de audiencia, pero a la hora de la verdad; a la hora de la rentabilidad buscada los 70 millones de euros abonados a la UEFA por los derechos del torneo han sido un fracaso. Según reconoce Paolo Vasile, consejero delegado de la cadena, porque de los ingresos previstos por vía publicitaria se obtuvieron la mitad.

las ofertas Y ese es el otro gran tema. La crisis económica, que también aprieta a las emisoras televisivas. Consciente de ello, y de las urgencias por vender el paquete, Jaume Roures, presidente de Mediapro, solicitó 50 millones por los nuevos derechos en abierto. Dicha oferta ha experimentado una apreciable rebaja (hay quien habla del 40 por ciento), eso sí, con la condición de trasladar al lunes el horario de emisión.

Carme Anglada, directora de comunicación de Mediapro, no quiere hablar de cifras y prefiere esperar a la conclusión de las negociaciones. Pero añade, en declaraciones a DNA, que la desalentadora experiencia de la pasada Eurocopa está repercutiendo en el proceso. Ana Porto, responsable de comunicación de La Sexta, indicó por su parte a este periódico que, por si fuera poco, esta cadena tiene un problema añadido: lleva desde el pasado mes de diciembre un interminable proceso de fusión con Antena 3.

Para completar el círculo están los propios clubes, que proclaman un ardiente deseo de terminar con el fútbol en abierto para así elevar el precio de los derechos de pago, fórmula también ideal para Roures, ya que le permitiría amortizar la enorme inversión de Mediapro en el fútbol.

Mientras y contra todos los implicados, el Gobierno central se mantiene en sus trece. Y el fútbol seguirá siendo un bien de interés general.