bilbao. Un centenar de personas saltaron a la "piscina" gigante en la que se transformó el cesped del Estadio Olímpico de Kiev. Acompasados, miméticos, bailaron al ritmo de la música que ensordeció a la grada. Movimientos precisos y exactos para golpear a un balón enorme. Un tiro certero que bien pudo valer el trofeo gigante de la Eurocopa que presidió toda la gala de clausura del torneo continental. Foto: efe