SERAING. "Estoy en el inicio de mi carrera, si todo va bien, supongo que me quedarán muchos años. Ya veremos", afirmó un tanto avergonzado por las comparaciones con el texano que se hizo con siete ediciones de la ronda gala.
Sagan, con su rostro añiñado y su aspecto adolescente, ha demostrado una gran potencia, suficiente para adelantar en el último tramo de la etapa de Saraing a la locomotora Fabian Cancellara.
El eslovaco, apodado "el bicho" o "terminator", que prefiere hablar en italiano antes que en inglés, entró en la meta con las manos sobre los hombros, como si sus brazos simularan alas.
Pero se apresuró a aclarar que el gesto no tenía ninguna carga despectiva: "Era algo que había hablado con mis amigos antes de venir al Tour. Les prometí que si ganaba una etapa haría ese gesto y por eso lo hice".
El eslovaco será candidato a ganar más. Ya lo era en el prólogo de la víspera, entorno a Lieja, porque había ganado a Fabian Cancellara en una distancia similar en la Vuelta a Suiza.
"Pero yo no soy un contrarrelojista", afirmó algo molesto. "Gané esa etapa porque el inicio era en ascenso y luego en descenso y logré por cuatro segundos. El de ayer era más técnico, para especialistas y Cancellara lo ganó con mucha ventaja. Yo me conformo con no haber caído, porque estuve a punto en una de las rotondas", aseguró.
Sagan reconoció, además, que en Lieja no se encontró en la mejor situación, pero en Seraing recuperó las mejores sensaciones.
"Me encontraba mejor. El equipo me ha ayudado a mantener la situación durante toda la carrera, les estoy muy agradecido", comentó.
Sagan es joven y algo descarado. Antes de llegar al Tour afirmó que no suele sentir la presión.
En dos días en la ronda francesa su opinión ha cambiado. "Se nota que es una carrera diferente, por el público que hay en la carretera, en la meta, por la cantidad de periodistas que te espera al final. Nunca lo había vivido, pero tengo tiempo de acostumbrarme", indicó.
Tiempo es lo que le queda por delante a este joven eslovaco al que comparar con Armstrong o con Eddy Merckx, por su capacidad de ganar en cualquier terreno, en cualquier circunstancia.
El propio campeón belga asistió en directo a su primera exhibición en el Tour y no ahorró alabanzas: "Es impresionante lo que ha hecho con apenas 22 años. Tiene un gran futuro por delante. Es un gran campeón. Ha logrado superar a un ciclista tan importante como Cancellara. No veo quien le puede ganar en la clasificación por el maillot verde".
El palmarés que ha atesorado a su tierna edad muestra que tiene ya números de un campeón: ha sumado 34 victorias, 14 de ellas esta temporada, entre ellos cinco etapas en la Vuelta a California y cuatro en la Vuelta a Suiza.
Además fue cuarto en la Milán-San Remo, segundo en la Gante-Wevelgem, quinto en el Tour de Flandes y tercero en la Amstel Gold Race.
A diferencia de otros campeones, que proceden de la pista, Sagan dio sus primeras pedaladas en el barro, donde logró proclamarse campeón del mundo de bicicleta de montaña y el subcampeonato de bicicross en 2007.
Nacido en Zilina el 29 de enero de 1990, debutó como profesional con 20 años.
Antes había estado en la agenda del equipo belga Quick Steep, que no logró ficharle, por lo que debutó en el modesto equipo eslovaco Dukla Merida.
En 2010 fichó por el Liquigas, a quien impuso la condición de que también enrolara a su hermano Juraj, que fue quien le inició en el ciclismo.
Desde sus inicios mostró un gran talento. En la Down Under de ese año se escapó con Cadel Evans, Alejandro Valverde y Luis León Sánchez en la etapa reina.
Ese mismo año firmó sus dos primeras victorias en una carrera tan competitiva como la París-Niza, pero fue en 2011 cuando dio el gran salto, con 15 victorias, sólo superado por el belga Philippe Gilbert, que acabó esa temporada como el número uno del mundo.
Sagan reparte sus triunfos en todos los terrenos. En las rondas de tres semanas sumó tres triunfos en la pasada Vuelta a España, en Córdoba, Pontevedra y Madrid y se alzó con la clasificación por puntos.