MADRID. El campeón asturiano, a través de su página web, responde a preguntas de todo tipo, y afirma, por ejemplo: "normalmente no me persigue nadie, creo que es porque no hago nada tan interesante como para que me persigan; pero en cualquier caso, todo lo que hago relacionado con mi trabajo lo cuento a diario en las redes sociales".
Alonso habló de una "mezcla de incredulidad, orgullo y sorpresa" cuando los aficionados se emocionan por un resultado suyo. "Sé por experiencia que esos instantes son muy cortos, que esa felicidad desaparece en cuanto sales del circuito. Por eso hay que disfrutarlo al máximo".
Las preguntas técnicas también tienen cabida y así explicó las relaciones con ingenieros y mecánicos. "Describo las sensaciones de conducir el coche en determinadas curvas, cómo frena, cómo es la tracción o cómo gira. A veces, recordando antiguas sensaciones y cambios, puedes decirle a tu ingeniero qué se había cambiado en el coche la última vez que sucedió algo parecido".
"En condiciones normales, el ingeniero me habla unas dos veces por vuelta, y yo a él cada dos o tres vueltas. Lo que ocurre es que las condiciones normales no duran mucho. Solemos tratar de estar de acuerdo con las decisiones de carrera, y eso lleva a que tengamos que hablar mucho", apuntó Alonso.
Con respecto a las decisiones de carrera, el piloto asturiano concedió que "Ellos (los ingenieros) tienen todos los datos, las matemáticas y tienen un plan en la mente. Cada tres o cuatro vueltas vas afinando las cosas con las sensaciones y el comportamiento del coche, que puede responder de manera distinta a los cálculos que se tuvieran. Y vamos decidiendo, al cincuenta por ciento".
El líder del Mundial comparó a los pilotos de la Fórmula Uno con los ciclistas, ya que tienen "el mismo trato que a un ciclista, por ejemplo. Estamos obligados a notificar a la FIA dónde nos encontramos los 365 días del año para poder pasar un control antidopaje. Yo ya he pasado varios; hace unos días, por ejemplo, a las siete de la mañana me encontraba charlando con un señor en el salón de mi casa pasando un control".
Otra de las cuestiones que le plantearon fue que ¿Cuánto se aproxima el simulador de Ferrari a la F-1 real? "Yo diría que un nueve sobre diez. Es un simulador profesional, desarrollado por el equipo para replicar las características de tu coche, poder automatizar movimientos durante la vuelta y probar las posibles evoluciones. No es un juego, es parte del trabajo. Y, si digo la verdad, es de las cosas menos divertidas, aunque pueda parecer lo contrario", contestó.
También ordenó por importancia algunas cualidades para hacer una buena salida. "1- Reflejos, 2- Intuición, 3- Suerte, 4-Valor y 5-Experiencia".
Las consecuencias de la fama es pequeño clásico en este tipo de preguntas de los aficionados. "Hay muchas cosas que no me resulta tan fácil hacer. Son cosas sin importancia, pero que con el tiempo, echo mucho de menos: ir a la playa, tomarme un café en una terraza, comerme un helado por la calle, ir a ver un partido de fútbol a la grada como uno más o asistir a un concierto de música y bailar y cantar sin que estés preocupado por fotos o vídeos a tu alrededor", respondió Alonso.
En cuanto a deportistas que admira, el piloto no dudo en destacar a "ciclistas como Perico Delgado, Induráin, Armstrong o Contador.
Tampoco faltan las preguntas curiosas, como si sabe cambiar la rueda de un coche. "Creo que podría cambiar la rueda de un Fórmula 1 en 10/12 segundos. Hace dos años que tuve que cambiar la de un coche y no sé, quizás fueron diez minutos", aseguró.
De vuelta a los factores técnicos, Alonso hablo de la degradación de los neumáticos y de los factores que influían. "Los reglajes del coche, el tipo de conducción, las características del circuito, el rodar detrás de otro coche, el ritmo en la carrera. Todos los factores acaban influyendo en los neumáticos porque es lo único que une con el suelo", comentó.
"En carrera no se disfruta. Vas pensando en todo lo que tienes que hacer con un nivel de concentración máximo. Hablas con tu ingeniero, subes cuatro marchas, ajustas el diferencial, cargas el kers, activas el DRS, quitas una lámina de la visera del casco, miras los retrovisores, frenas, miras tu tiempo en el display, bebes agua, lees en la pizarra cuantas vueltas quedan. Y, de vez en cuando, respiras", describió Alonso a la cuestión de si se disfrutaba en una carrera.
Ahora bien, en el podio las sensaciones son distintas. "Sientes ¡Felicidad! Ganas de bajar y compartir ese momento con tu equipo. Estás allí arriba, ves a todos tus compañeros con banderas, sonrisas y rabia ganadora y tú estás en un protocolo más o menos serio. Lo que tienes es ganar de bajar y compartirlo", finalizó Fernando Alonso.