Vitoria. Daba la sensación de que su estrella se apagaba. El hombre que estaba llamado a dominar de manera tiránica la NBA había sucumbido, una temporada tras otra, ante diferentes escuadras que le recordaban que, por mucho que estuviera en una de las competiciones colectivas que más premia el esfuerzo individual, el baloncesto no deja de ser un deporte de equipo. Ayer Lebron James, King James, el rey, se desquitó. A la novena fue la vencida y el mundo del básquet ya está a sus pies.

La pesadilla de las críticas y de la maldición que desde Cleveland le echaron, de que nunca podría ganar un título de liga en Miami por haber abandonado a los Cavaliers, quedó atrás para él después de vencer con los Heat por 121-106 a los Thunder de Oklahoma City en el quinto partido de las Finales de la NBA. El arrollador triunfo, cuarto consecutivo de la serie al mejor de siete, dejó a los Heat como nuevos campeones de la NBA y a James con su primer título, además al Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales, que comenzaron perdiendo en el primer partido y luego fueron de menos a más para arrollar a los Thunder.

Sólo una franquicia como los Heat con su Big Three y un presidente como Pat Riley podía ofrecerle lo que deseaba alcanzar y que no era otra cosa que el anillo de campeón de la NBA, lo único que le faltaba por lograr en su brillante carrera profesional. James, de 27 años, y los Heat lo consiguieron con un quinto partido memorable, que además de empatar varias marcas históricas como la de los 14 triples, incluidos los siete que logró el escolta Mike Miller, convertido en el factor sorpresa, no dieron nunca opción de reacción a los Thunder, que sólo aguantaron el primer cuarto (31-26).

El alero estrella de los Heat estuvo imparable y sus compañeros le secundaron con un auténtico partidazo colectivo. James, que logró su gran sueño de conseguir su primer título en los nueve años que lleva de profesional, tampoco les falló y los lideró con un triple-doble de 26 puntos, 13 asistencias, 11 rebotes y dos tapones que lo dejaron como el MVP. Mientras que otros cinco compañeros, incluidos los cuatro titulares que salieron con él al American Airlines Arena, de Miami, lograron también dobles dígitos.

Pero sería Miller, que no había tenido apenas protagonismo durante todo el año y en la fase final, el más decisivo convirtiéndose en el factor ganador al aportar 23 puntos y cinco rebotes. Miller anotó 12 puntos en la primera parte al estar perfecto con 4 de 4 triples y concluyó el partido con 7 de 8 desde fuera del perímetro para romper por completo a la defensa de los Thunder.

El ala-pívot Chris Bosh consiguió 24 puntos y el escolta Dwyane Wade llegó a los 20 tantos para unirse a James y reivindicar también el gran valor del último Big Three que se ha formado en la NBA y que cumplió la promesa de que lo hacía con el único objetivo de ganar "muchos" títulos de liga. De momento, ya tienen el primero después de haber disputado dos finales de la NBA consecutivas, y con James liberado de la presión de no haber sido campeón, algo que ahora le puede hacer todavía mejor jugador, al saber que su legado está ya asegurado en todos los sentidos.

Junto a ellos y la gran labor sorpresa de Miller, el alero Shane Battier logró 11 puntos y el base Mario Chalmers, clave en el cuarto partido, anotó 10 tantos para dejar a los Heat con un 52 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 54 de triples. El partido quedó prácticamente sentenciado al concluir el tercer periodo, con 95-71. El equipo de Oklahoma City sólo intentó la remontada al comienzo de ese cuarto cuando se pusieron 59-53, pero de inmediato James entró en acción y con 4:46 para concluirlo ya tenían de nuevo 16 puntos de ventaja (79-63). Luego llegaría la mayor exhibición por parte de James y los Heat que consiguieron una racha de 19-1 para comenzar el cuarto periodo pensando más en la celebración que en el juego.

Kevin Durant, que fue el gran derrotado en el duelo de líderes que mantuvo con James, encabezó el ataque de los Thunder al conseguir un doble-doble de 32 puntos, 11 rebotes y tres asistencias. Durant intentó mantener a su equipo en la lucha, pero de nuevo no tuvo el apoyo de sus compañeros, sobre todo de Russell Westbrook, que en el partido anterior consiguió 43 puntos.

Westbrook anotó sólo 4 de 20 tiros de campo, mientras que el escolta James Harden estuvo mejor que en los partidos anteriores al aportar 19 puntos, pero llegaron demasiado tarde porque el momento histórico era ya todo para James y los Heat. El ala-pívot hispano congoleño Serbe Ibaka, que disputó sus primeras finales, hizo su trabajo al aportar nueve puntos, cuatro rebotes y dos tapones en los 26 minutos que jugó.