Járkov. Dos grandes goles de Mario Gómez en el primer tiempo le valieron a Alemania para llevarse la victoria ante Holanda y poner un pie y medio en la siguiente fase, mientras que complicaron el futuro de los holandeses, subcampeones del mundo, que ya no dependen de sí mismos.

Con un juego muy práctico y eficaz, los alemanes no tuvieron problemas para sumar su segunda victoria en la competición. Holanda, que acortó distancias a 18 minutos para el final, no pareció tener un plan y, cuando lo tuvo, ya era demasiado tarde.

Sin ideas, pese a la multitud de recursos, los holandeses, obligados a ganar, salieron convencidos a resolver, pero no tuvieron fútbol ni ocasiones. Los alemanes, sin tantas urgencias después de la victoria en el estreno, esperaron su oportunidad, amasaron el partido a su ritmo y nunca se vieron exigidos.

El individualismo de Robben por la derecha, la ausencia en el juego de Afellay y la nula participación de Van Persie fueron lastres para el juego al pie del equipo de Van Marwijk, que resultó ineficaz. Los alemanes ni se inmutaron ante el inocente rondo que planteaban los holandeses y a la primera que tuvieron, casi marcan sin querer: un rechace de Van Bommel y un remate de Ozil que dio en el poste (m.8). Sin creación, simplemente aprovechando un minierror del rival, los alemanes ya habían tenido su primera ocasión.

Van Persie, muy desasistido, vivía de los balones largos de los centrocampistas, un recurso extraño en una selección que apuesta por la creación. Y en la segunda ocasión, los holandeses se acordaron del célebre axioma de Gary Lineker: "El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y en el que al final ganan los alemanes". Los dos mediocentros dejaron maniobrar a Schweinsteiger, los dos centrales se despistaron en la marca de Mario Gómez y el nueve alemán, en una acción en la que puso en entredicho las leyes de la física y sus 190 centímetros, controló el balón con clase y batió al meta holandés en el minuto 24.

dudas El 0-1 aún generó más dudas en los tulipanes. Desnudado su centro del campo, percutiendo por la derecha, para aprovechar los errores en la marca del joven Willems, los alemanes demostraron que en el fútbol economizar es muchas veces preferible a atacar sin un plan. Otro error en defensa de los holandeses permitió a Badstuber rematar solo desde el área pequeña. A la siguiente oportunidad, los germanos ya no perdonaron. De nuevo Mario Gómez, ahora en una jugada desde la derecha que culminó con un tiro cruzado. El 0-2, a siete minutos para el descanso, ya fue demasiado para la desarmada Holanda.

Van Marwijk dejó en el vestuario a Van Bommel y a Afellay, puso en juego a Van der Vaart en la medular y a Huntelaar en ataque. Poco cambió la cosa. Alemania puso la pausa y la aceleración. El elegante Mats Hummels tuvo el 0-3. Holanda seguía perdida. Con más densidad de jugadores en ataque, los holandeses jugaron más minutos en el campo contrario. Van Persie acortó distancias, pero a Holanda no le alcanzó para empatar.

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holanda

alemania

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