Opalenica (Polonia). Seguramente nunca el fornido central del Real Madrid Pepe se sintió tan cerca de la piel de la estrella de Portugal, Cristiano Ronaldo. Cientos de aficionados polacos retuvieron ayer al defensa cerca de media hora con innumerables peticiones de autógrafos. Un día después de la derrota inaugural en la Eurocopa ante Alemania (1-0), el jugador de la selección portuguesa atendió de excelente humor a los hinchas locales desplazados al campo de entrenamiento luso, en la pequeña localidad polaca de Opalenica. Estampó su firma en bufandas, balones, camisetas, álbumes de fotos y banderas siempre con una sonrisa dibujada. "Hala Madrid", "Pepe, el mejor", se escuchó entre las gradas del campo.
Escoltado por un miembro de seguridad de la Federación Portuguesa de Fútbol, el lusobrasileño también se fotografió con la mayoría de los aficionados que se lo pidieron. La tarea de Pepe no fue tan dura como marcar al poderoso Mario Gómez, pero quizá exigió más paciencia. Recorrió los cerca de 50 metros que separan a los espectadores de los futbolistas sin prácticamente dejarse una solicitud por satisfacer. Varias de sus rúbricas se alojaron en camisetas, banderas y bufandas de su club, el Real Madrid.
A pesar de su fama de duro, Pepe tuvo la recepción de una estrella casi a la misma altura que Cristiano Ronaldo. Ya antes de comenzar el entrenamiento de recuperación, los aficionados locales corearon su nombre a la par del de Ronaldo. No en vano el zaguero firmó en la noche del sábado ante Alemania una notable actuación. Aparte de sus habituales cortes defensivos, de su pie derecho nació una de las mejores ocasiones del encuentro cuando al filo de la segunda parte remató en un córner al larguero y el posterior rechacé botó en la línea de gol. "En la primera parte debíamos ser nosotros los que teníamos que haber acabado ganando por la ocasión que tuve", expresó frustrado tras el encuentro.
El central merengue, de 29 años, fue recientemente nombrado uno de los capitanes en la selección con la que ha disputado 40 partidos internacionales desde su debut en 2007, cuando completó su proceso de naturalización como portugués. Su ascendencia en el grupo es cada vez mayor y en el campo ha heredado la voz de mando de la defensa que otrora perteneció a su colega de club Ricardo Carvalho. Devoto de La Virgen de Fátima y de Santa Edwiges -patrona de los pobres y los endeudados-, Pepe se siente muy acogido en la selección de las quinas, quizá más que en la Liga española. "Los extranjeros son siempre criticados", aseveró recientemente cuando le cuestionaron por las críticas que ha recibido con la camiseta blanca.
Censurado Képler Laveran Lima Ferreira, cuyo apodo Pepe se lo dio su padre en homenaje a un jugador del Santos brasileño, ha sido muy censurado en el Real Madrid por algunas actitudes consideradas violentas. En la memoria del fútbol aún están grabadas las patadas que propinó en el 2009 al futbolista Javier Casquero, del Getafe, o el pisotón más reciente al astro argentino Leo Messi.
La etiqueta de jugador violento le persigue. "Hoy en día, soy un jugador que comete una o dos faltas por partido. Y casi siempre faltas muy normales. Aun así, los árbitros me amenazan con tarjetas amarillas. Es lamentable, pero tengo que saber convivir con eso", declaró a comienzo de temporada. Polémicas aparte, el defensa se ha sabido ganar el respeto y admiración casi unánime de los portugueses por su forma de defender. "Limpia todos los balones", comentan los aficionados y prensa lusa.