vitoria. Aterrizó el pasado verano como una de las clásicas apuestas de futuro de un club obligado a buscar savia fresca y gotas de juventud en el mercado. Un año después, la duda estriba en si el Baskonia mantendrá ese voto de confianza concretado en un largo contrato de cuatro temporadas de duración tras un primer año repleto de sombras o, por el contrario, se habrá acabado la paciencia al ver que el producto en cuestión no va a dar más de sí. La continuidad de Thomas Heurtel, una de las principales decepciones del plantel que ha estado en manos de Ivanovic, constituye uno de los principales focos de incertidumbre de este mercado estival.

Llamado a erigirse en el perfecto contrapunto de un hombre cerebral como Prigioni y cambiar el ritmo de los partidos saliendo desde el banquillo, el galo ha fracasado sin paliativos en su intento de ser una alternativa fiable como escudero en la dirección de juego. El plan diseñado por Querejeta tenía su punto de lógica. Combinar la veteranía de un director curtido en mil batallas y con muchas horas de vuelo como el argentino con la explosividad, juego directo y vertiginosidad de un suplente más bisoño que podría crecer de manera exponencial para ser el hombre orquesta baskonista del futuro. Mientras la primera premisa se cumplió con creces, la segunda pata ha cojeado desde el inicio de la temporada. Tras un esperanzador inicio donde Ivanovic le concedió incluso la titularidad para alimentar su confianza, Heurtel se ha diluido como un azucarillo.

Salvo en partidos puntuales, Prigioni se ha visto obligado a desempeñar esfuerzos sobrehumanos que acabaron pagándose caros en el instante crítico de la temporada. De hecho, el de Río Tercero ha sido el jugador más alineado en la pelea por el título con cerca de 31 minutos de media, un desgaste insoportable ante bloques de altos vuelos como el Real Madrid que explotaron la flagrante debilidad baskonista. Si algo parece evidente es que se trata de una pareja insostenible de cara al futuro, sobre todo si Ivanovic cumple el año de contrato que le queda.

De no mediar una rescisión de contrato que podría ser contraproducente para los intereses de las arcas alavesas, tampoco es descartable la posibilidad de que Heurtel sea cedido a otro equipo si realmente los rectores poseen la certeza de que puede ser un elemento útil para los años venideros. Algo que está por ver. En ese caso, la llegada de un base de calidad se convertiría en otro objetivo ineludible para configurar el próximo proyecto. Otro frente abierto para un Caja Laboral que experimentará un brusco cambio de fisonomía tras una campaña repleta de sinsabores.