Gdansk (polonia). La ciudad de Gdansk, en Polonia, afronta con la tranquilidad de la rutina diaria el inmediato inicio de la Eurocopa 2012, que arrancará en la perla del Báltico el domingo con el duelo entre España e Italia. El Arena de esta ciudad costera, de la patria de Lech Walesa, de Gabriel Fahrenheit, Arthur Schopenhauer o Gunther Grass, entre otros grandes nombres de la Historia, albergará los tres encuentros de la Roja en la primera fase, frente a Italia (día 10), Irlanda (14) y Croacia (18) en el intento del equipo de Vicente del Bosque de hacer historia y revalidar el título obtenido hace cuatro años en Viena, algo que nadie ha conseguido hasta el momento.
La ciudad respira a tres días para el inicio del torneo calma. Sus habitantes mantienen su rutina laboral. Poco hace indicar que el torneo está a punto del inicio y que poco a poco las calles más céntricas se verán abarrotadas por seguidores españoles e italianos. Ni la presencia en la misma de Alemania, concentrada en una zona periférica, rompe la tranquilidad de no ser por los grupos habituales de turistas y por los anuncios de la mayoría de las marcas comerciales en cartelerías, tiendas y centros comerciales.
No obstante, buena parte de los vehículos lucen en sus techos banderas polacas que se reparten con los periódicos en apoyo para su selección durante la Eurocopa, y la ciudad está ornamentada con banderas de todos los países participantes y pancartas y carteles oficiales de la Euro. Esa tranquilidad se torna, como es habitual en este tipo de competiciones, en ajetreada actividad en las zonas oficiales habilitadas al efecto. La zona de aficionados está prácticamente ultimada -se estrenará el sábado con el partido inaugural de la Euro, el Polonia-Grecia- y en la zona de acampada para los seguidores que quieran pernoctar en ella, instalada muy cerca del centro y a la entrada de los míticos astilleros, es la que aún necesita cerrar más detalles. El estadio, donde juega el Lechia Gdansk, es un reducto cerrado a la espera de que España e Italia se acerquen el sábado a los entrenamientos oficiales.
Aún se ven en algunas zonas anexas grúas y operarios para zanjar los detalles postreros de un coliseo que es como una astronave de color ámbar, uno de los símbolos y señales de identidad de esta histórica ciudad. Las gradas, con forma ondulada por su cercanía al mar Báltico, serán dentro de pocas horas una fiesta roja y azzurra. De momento, todo es quietud y calma en cuanto a ambiente, pero intenso en cuanto a las labores logísticas y organizativas. Las autoridades municipales, del comité organizador y de la UEFA, desde los despachos, coordinan todos los sectores para tener todo a punto.