Vigo. Celta y Córdoba consumaron el lógico pacto de no agresión y lograron sus objetivos. A gallegos y andaluces les bastaba con un punto para certificar el ascenso a Primera y la clasificación para el play off por el ascenso, respectivamente, y ambos lo consiguieron. Con semejante reparto de intenciones, con un objetivo común, el partido careció de historia.

Cinco años después de protagonizar un doloroso descenso, la misma temporada que el equipo había disputado la Copa de la UEFA, el Celta logró ayer el ansiado retorno a Primera División, un ascenso que se le resistió durante demasiado tiempo para las pretensiones del club.

El retorno a la élite ha sido el primer gran éxito de Carlos Mouriño como presidente de un club que en los últimos años sOlo ha vivido malas noticias: primero el descenso, después la amenaza de la caída a Segunda División B y, posteriormente, la entrada en la Ley Concursal para evitar la quiebra de la entidad.

Desde que a finales de 2008 el equipo cayó a Segunda, por el banquillo de Balaídos habían pasado seis entrenadores -Hristo Stoichkov, Juan Ramón López Caro, Antonio López, Alejandro Menéndez, Pepe Murcia y Eusebio Sacristán- hasta que en el verano de 2010 el director deportivo, Miguel Torrecilla, apostó por el veterano Paco Herrera. El que fuera ayudante de Rafa Benítez en el Liverpool y director deportivo del Espanyol llegó al Celta con un único objetivo: devolver al club vigués a la máxima categoría del fútbol español, un éxito que cerca estuvo de materializar en su primer año.

Pero su equipo, después de desfondarse en el tramo decisivo del campeonato y perder así el ascenso directo, cayó en una cruel tanda de penaltis frente al Granada en la primera eliminatoria de la promoción de ascenso.

Ese verano futbolistas que habían sido indiscutibles para el técnico, como Roberto Trashorras, Michu, López Garai o el portero Ismael Falcón, abandonaron el barco por diferentes motivos tras el palo de Los Cármenes. Sin embargo, las bajas fueron sustituidas con tino por la dirección deportiva que echó mano de los fichajes del veterano delantero Mario Bermejo, del centrocampista Natxo Insa, del defensa Carlos Bellvís y las cesiones de Oier Sanjurjo (Osasuna) y el internacional chileno Fabián Orellana (Granada).

La base de este histórico Celta también está en unos canteranos que, liderados por el goleador Iago Aspas, han devuelto la ilusión a una afición. Jugadores como el internacional sub'21 Hugo Mallo, el lateral izquierdo Roberto Lago, los centrocampistas Álex López y Toni o el internacional venezolano Andrés Túñez, todos con pasado en el filial celeste, han sido determinantes para el ascenso. Ayer, Balaídos gozó de lo lindo.

CELTA Sergio; Hugo Mallo, Oier Sanjurjo, Túñez, Roberto Lago; Alex López, Borja Oubiña; Quique de Lucas, Bermejo (David Rodríguez, min.86), Orellana (Joan Tomás, min.69); Iago Aspas (Natxo Insa, min.75).

CÓRDOBA Alberto; Fernández, Tena, Ximo Navarro (Alberto Aguilar, min.23), Fuentes; López Garai, Caballero (Vico, min.55); Borja (Airam, min.64), López Silva, Dubardier; Patiño.

Árbitro Hernández Hernández (Colegio Las Palmas).

Estadio Balaídos. Lleno.