AGUAS DE SOUSAS Cárdenas (3), Fernández (2), Webster (22), Koffi (13), Guillandeaux (2), Hill (4), Morey, Miguel (24), Pantin (6) y Movilla (3).
ARABERRI Uriarte (6), Fernández de las Heras, Carrera (2), Ausina (9), Ortiz de Pinedo (14), Arruti (3), Thompson (16), Arcelus (2), Laerke (3) y Riveiro (10).
Parciales 13-13, 17-19, 28-20, 21-13.
Árbitros Morales y Muñoz.
Pabellón Paco Paz.
Vitoria. Se acabó el sueño. El Aurteneche Araba despidió ayer en tierras gallegas una temporada histórica que, pese a la derrota de ayer, sólo cabe ser calificada como sobresaliente. En el partido de desempate para dilucidar el billete hacia la final del play off de ascenso a la Adecco Oro, se quedó a las puertas de la gloria. Tras una brillante primera mitad donde dio la cara y se retiró a los vestuarios con dos puntos de renta (30-32), su hundimiento y la falta de fuelle tras el descanso le dejaron con la miel en los labios. Tiroteado desde el exterior por unos excelentes Webster y Alberto Miguel, éste con experiencia ACB, el Araberri no pudo lograr la gesta. Los 46 puntos que totalizaron entre los dos exteriores del Aguas de Sousas -anotaron ocho triples de diez intentos- resultaron determinantes para que los alaveses se toparan ante la cruda realidad.
Cuando el marcador del Paco Paz descontó en la noche de ayer su último segundo y se consumó la tercera derrota ante el potente Aguas de Sousas de Ourense y la consiguiente eliminación del Araberri del play off de ascenso a la LEB Oro, resultó inevitable que la desolación invadiera a los jugadores y técnicos del Aurteneche Maquinaria y a los veinte aficionados que les apoyaron hasta el último suspiro después de que el club fletara un autobús cargado con toda la ilusión del mundo. Sin embargo, y pese a lo entendible de la tristeza por el varapalo recibido, lo cierto es que no existe motivo alguno para perder las sonrisa.
Porque la temporada que concluyó ayer para la escuadra que dirige iñaki Merino puede catalogarse, sin ningún género de dudas, de excepcional. El combinado vitoriano afrontaba el pasado verano -tras consumar el ascenso en la fase final disputada al calor de su propia afición- el desafío de preparar el asalto a una categoría -la LEB Plata, tercera del baloncesto español por detrás de la ACB y la LEB Oro- en la que nunca había militado y en la que se iba a encontrar con adversarios de enorme potencial, muchos de ellos prácticamente profesionales. Con la humildad -pero también la valentía y el descaro- que siempre le ha acompañado, el Aurteneche se marcó el objetivo de luchar por la permanencia y competir de manera digna. Unos meses después, no sólo ha conseguido la meta inicial sino que la ha batido con creces.
Porque lejos de pagar el peaje que se les presupone a los debutantes en cualquier categoría, el Araberri ha vuelto a sorprender a propios y extraños y se ha convertido en el equipo revelación. De esta manera, el balance final no puede ser más satisfactorio. Durante muchas jornadas, ha ocupado las posiciones de privilegio de la clasificación tuteando a los grandes favoritos y, en más de una ocasión, mojándoles la oreja. A pesar de sufrir una pequeña crisis en el último tramo de la Liga, los de Iñaki Merino se rehicieron para terminar la fase regular en sexta posición y clasificarse para los play off de ascenso.
No contentos con ello, en el primer cruce y a pesar de contar con el factor cancha en contra, los alaveses pasaron por encima del Leyma Coruña y finiquitaron la serie con un concluyente 0-2. Las semifinales ante el Aguas de Sousas, sin embargo, se han tornado un obstáculo insalvable para el Aurteneche, que se quedaron sin gasolina tras el intermedio ante el despliegue anotador de Miguel y Webster. El punto culminante del ejercicio fue la consecución, contra todo pronóstico, de la Copa. Los de Merino se impusieron al Andorra, líder destacado del grupo que ha logrado el ascenso directo sin necesidad de disputar los play off, a domicilio en un apasionante partido. Lástima que el otro sueño se esfumara ayer.