londres. A tres jornadas para su conclusión, la Liga inglesa cobró nueva vida tras un tropiezo del Manchester United en casa (4-4) frente al Everton que supo aprovechar el Manchester City para acercarse a tres puntos de sus vecinos al ganar al Wolverhampton a domicilio (0-2). Con la derrota ante los citizens, el cuadro que entrena Terry Connor quedó matemáticamente relegado al descenso, al verse once puntos por debajo del Wigan del español Roberto Martínez, que marca la salvación con 34 puntos.
Con dos goles en los minutos finales en Old Trafford, el Everton convirtió en inútil la ventaja de 4-2 que habían logrado los de Alex Ferguson e hizo tambalear las perspectivas de los diablos rojos, que ya veían en su bolsillo tres puntos que les situaban a un paso de hacerse con la Premier. Así las cosas, el City y el United se jugarán gran parte de la temporada en el duelo entre ambos del próximo 30 de abril en el Etihad Stadium.
Si los de Ferguson se imponen, podrán tocar con los dedos el título, mientras que si los de Roberto Mancini ganan de nuevo, como ya hicieron en la primera vuelta con un histórico 1-6, empatarán a puntos y recuperarán el liderato de la tabla que han mantenido durante gran parte de la temporada. Los citizens se encontrarán a unos diablos rojos que ayer tuvieron el control del balón ante el Wolverhampton y que volvieron a confiar en el liderazgo y la inspiración de Wayne Rooney, que marcó dos tantos y acumula 26, uno menos que el máximo goleador, el holandés del Arsenal Van Persie.
Su compatriota Danny Welbeck y el portugués Luis Nani completaron con otros dos goles el abultado marcador del United, que no fue suficiente para superar a un Everton que nunca renunció al ataque y que plantó cara a los de Ferguson con una capacidad de contragolpe que desquició en los últimos minutos a la defensa local y al portero español David De Gea.
Tambien sufrió el guardameta holandés Dorus De Vries, que se enfrentó a los embates de un Agüero energético y decidido a liderar a su equipo hacia lo más alto de la tabla y de un Tévez reinsertado en el vestuario tras pasar gran parte del curso fuera de los planes de Mancini. La pareja de atacantes argentinos, asistidos desde el medio campo por el español Silva y el francés Nasri, demostraron durante la primera parte que el City ha recuperado en las últimas semanas parte del fútbol afilado que le llevó a lo más alto de la tabla.
El Wolverhampton tuvo problemas desde el inicio del choque, si bien el desequilibrio no llegó hasta la media hora de juego, gracias a un pase milimetrado que Clichy trazó desde el flanco izquierdo del medio campo. El balón con rosca del francés aterrizó en el pie del Kun, que llegaba al área rival en carrera y solo tuvo que empujar el esférico con cierta malicia para dejarlo fuera del alcance de De Vries y devolver a los aficionados del City la esperanza de disputarle el campeonato al United.
Tras un segundo tiempo en el que el City prefirió esperar con paciencia en su campo los embates de un Wolverhapton desesperado por eludir el descenso, una picardía de Tévez sentenció el encuentro con un segundo gol en el cuarto de hora final. El argentino sacó con velocidad una falta en el medio campo que encontró a la defensa local desprevenida y desgarró la última línea del Wolverhapton con una diagonal que Nasri recibió en el área para batir con comodidad al portero holandés.
Título decidido Por otro lado, el Borussia Dortmund se coronó este fin de semana campeón alemán por segunda vez consecutiva al derrotar al Borussia Mönchengladbach por 2-0. La ventaja del Dortmund sobre su más inmediato perseguidor, el Bayern Múnich, es de ocho puntos a falta de dos jornadas para el final de la Bundesliga, con lo que es matemáticamente inalcanzable para el rival del Madrid en la Champions. El Dortmund se fue en ventaja en el minuto 23 con un remate de cabeza del croata Perisic que aprovechó una falta lanzada desde la banda derecha por Schmelzer y aumentó la cuenta en el 59 con gol del japonés Shinji Kagawa.