Zaragoza. El montañero vasco Alex Txikon, que sufre congelaciones de segundo y tercer grado en los pies tras una expedición al Himalaya, se recupera en la mutua MAZ de Zaragoza, pero corre el riesgo de perder parte del "dedo gordo" del pie izquierdo aunque no le impedirá seguir con su actividad. Txikon tuvo que ser evacuado el pasado 22 de marzo tras renunciar una semana antes a la ascensión del Gasherbrum I, de 8.068 metros.

El montañero asegura que tuvo "mala suerte" cuando se encontraba a 6.900 metros de altitud y sintió durante la escalada cómo "nieve como azúcar" se le coló por dentro de la ropa y el agua helada derretida le llegó hasta las botas. Este incidente se produjo con temperaturas extremas de hasta 45 grados bajo cero y vientos de entre 30 y 50 kilómetros a la hora que provocan una sensación térmica de 70 bajo cero.

"Al principio no me di cuenta porque tenía la cabeza en otra cosa", pero cuando notó que la nieve se le derretía entonces sí fue consciente de lo sucedido y pensó en lo que vendría después. "Me asusté incluso. Digo: ¡Ostras, qué es esto tan frío! Y es ahí donde me fastidié".

Veterano ya de otras congelaciones (en 2009 estuvo internado), Txikon señala que su objetivo en el momento de abandonar la ascensión era llegar al campo base en un delicado momento cuando empezaba a anochecer y no había tiempo que perder. Txikon se lamenta de que "podría haber evitado" las congelaciones si en el campo uno se hubiera quitado las botas y colocado unos calcetines secos, pero dice que esa maniobra no es cómoda porque "hay que quitarse las botas y los crampones y en esas temperaturas no son dos minutos, son quince o veinte".

Además, ya había pasado varias noches durmiendo en el campo uno y "es muy duro dormir en esas circunstancias" con temperaturas muy extremas, de manera que en su estado optó por bajar al campo base, donde disponía de medicamentos para tratar sus lesiones. "Los dedos los tenía bastante bien, así un poquito fríos; metí los pies en agua caliente y al día siguiente empezaron a salir unas cuantas ampollas y empecé a preocuparme", relata.

A la espera de su evacuación, Txikon se dio de dos a tres baños de agua caliente al día en los pies, se aplicó dos inyecciones de heparina para diluir el espesor de la sangre "porque en la altura se pone más gordita", pastillas vasodilatadoras y "una aspirinica".

Esta autodisciplina en su propio tratamiento médico ha evitado "lesiones mucho más importantes", en opinión del neurocirujano Kiko Arregui, especialista en el tratamiento de este tipo de congelaciones, que atiende a Txikon.

"Tiene congelaciones en los dos pies, de segundo grado profundo y superficial en el pie derecho y más profundas, incluso de tercer grado, en la falange distal del primer dedo del pie izquierdo, el dedo gordo", explica Arregui. El doctor dice que Txikon tiene también congelaciones en más dedos del pie izquierdo y, mientras asegura que "el pronóstico es favorable" en relación al pie derecho, que lo va a recuperar "en su totalidad", alerta de que "puede que quede pendiente" una cirugía, a primeros de mayo, en el dedo gordo del pie izquierdo.

El montañero puede perder parte de ese dedo, pero Arregui se apresura a decir que si Txikon cumple con el periodo de tres meses de reposo y sigue una serie de pasos para su recuperación, "desde el punto de vista biomecánico quedará perfecto" y "podrá hacer vida deportiva extrema normal" de cara al próximo invierno.