RIVER ANDORRA Wright (5), Torres (4), Maresch (2), Sánchez Iñurritegui (11), Bavosiu (25) -cinco inicial-, Jiménez (11), Cage (2), Santamaría (3) y Flis (11).
ARABERRI Carrera (4), Arruti (14), Barceló (7), Ausina (19), Thompson (8) -cinco inicial-, Uriarte (6), Fernández de las Heras, Ortiz de Pinedo (13), Arcelus (10) y Fernández Noval (1).
Parciales 10-22, 22-23, 14-13, 28-24.
Pabellón Poliesportiu D'Andorra.
Vitoria. Gesta histórica y un nuevo hito en la corta historia de un club modesto que ayer vivió su gran jornada de gloria. El Aurteneche Maquinaria dio la gran sorpresa y se coronó ayer campeón de la Copa Adecco Plata en la cancha del River Andorra en un partido que dominó de principio a fin con diferencias que superaron los quince puntos. Albert Ausina, nominado a la postre MVP, y Alex Thompson tejieron una hegemonía indiscutible en la pintura y se combinaron para sumar entre ambos la friolera de 27 puntos y 25 rebotes que resultaron decisivos.
La escuadra alavesa, en su primera temporada en la categoría, se escapó en el primer periodo y todos los esfuerzos de los del Principado resultaron infructuosos. El dominio en la zonas, más los puntos de Arruti y Ortiz de Pinedo en los momentos decisivos, fueron las claves del triunfo alavés ante un rival que, pese a contar con algún integrante con experiencia ACB como Dimitri Flis, se vio desbordado en todo momento por un rival más compacto y con las ideas más claras.
Un triple de Arruti inauguró la final de la Copa Adecco Plata y fue el preludio de lo que acontecería más tarde. El River Andorra, por su parte, no encontró aro hasta el minuto 4 con una canasta de Devin Wright y navegó desde el salto inicial a contracorriente. Pese a que los locales inauguraron el segundo cuarto con un parcial de 6-2, todo sería un espejismo. Dos triples de Arruti elevaron la ventaja hasta los diecisiete puntos, mientras que únicamente Pablo Sánchez era capaz de contrarrestar el ímpetu de un Araberri que llegó al descanso con un marcador plácido (32-45).
Tras un intercambio de canastas en los primeros compases de la reanudación, dos triples de Bavosiu y Flis provocaron un parcial de 8-2 que acercó a los andorranos a menos de diez puntos. No se arrugó, sin embargo, el cuadro de Iñaki Merino, que respondió a todas estas embestidas con entereza. El buen hacer de Ortiz de Pinedo y el despertar de Barceló al inicio del último acto obligó al técnico local a pedir un tiempo muerto y colocar cuatro pequeños a la desesperada, pero la suerte ya estaba echada. El marcador se estrechó en el epílogo sin que el Aurteneche viera peligrar en ningún momento un triunfo que refuerza su autoestima y le sume en una nube.