MELBOURNE (AUSTRALIA). Con este resultado, Azarenka, de 22 años, logra el primer 'grande' de su carrera en su primera final. En un abarrotado Rod Laver Arena, la jugadora bielorrusa ofreció una lección magistral de cambios de ritmo, en un partido en el que logró barrer y dejar en blanco a Sharapova, campeona del torneo australiano en 2008, en el segundo y definitivo set. Los más de treinta errores no forzados de la rusa -por sólo 12 de la campeona- acabaron por otorgarle la victoria a pesar del bajo número de golpes ganadores, en un partido que duró sólo una hora y veinte minutos.

De esta forma, la jugadora de Minsk se alzará el próximo lunes, tras la actualización del ranking WTA, en la nueva reina del tenis femenino mundial, un privilegio en juego en la final de este sábado, relevando a la danesa Caroline Wozniacki.

Sin embargo, el partido se inició con un panorama complicado para la bielorrusa; en el primer juego, cedió su servicio tras dos dobles faltas consecutivas, y en el segundo su rival no perdonó. A pesar del mazazo, Azarenka supo reponerse y aprovechar su servicio y firmar un juego en blanco al resto para poner el 2-2 en el marcador.

El 3-3 fue el comienzo del fin para Sharapova. La joven tenista de Minsk la obligó a moverse con rápidas transiciones entre defensa y ataque, con golpes de lado a lado de la pista. Azarenka llevó el partido con solvencia, con la tranquilidad de disponer de varias bolas de juego. En el último juego de la primera manga, el resto de Sharapova se quedó la red y la bielorrusa se apuntó el set por 6-3.

La segunda manga fue un recital de Azarenka; la nueva campeona movió a su oponente de un lado a otro de la pista. Con total solvencia, Azarenka deshizo el empate reinante entre las dos jugadoras del Este de Europa -tres victorias para cada una- y se encaminó, en sólo una hora y veinte minutos y con un set en blanco, al primer 'grande' de su carrera deportiva.