Duración: 57:01 minutos de juego.

Pelotazos: 469 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 8 de Titín III, 2 de Merino II, 6 de Bengoetxea VI.

Errores: 4 de Titín III, 4 de Merino II, 8 de Bengoetxea VI y 4 de Apraiz.

Marcador: 1-0, 2-1, 3-1, 7-2, 8-2, 9-3, 10-5, 12-6, 13-8, 13-9, 14-11, 17-12, 18-13, 20-14 y 22-14.

Incidencias: Media entrada en el frontón Adarraga de Logroño.

logroño. Ya era hora para ver por lo menos algo de emoción en el Parejas, aunque sea efímera. Después de dos jornadas de resultados aciagos, demasiado abultados, de partidos sin chispa, de problemas de manos, de pelotazos desafortunados, de poca emoción en las gradas y palabras duras con la organización de un campeonato de este calado -con el permiso de Xala y Laskurain, expertos en la emoción y en la pelea en el alambre-, fue David Merino, acompañado de Titín III, el que volvió a engalanar un poco este torneo. Su habilidad estuvo en el control ante unos Oinatz Bengoetxea y Alexis Apraiz que, a pesar de iniciar perdiendo de forma muy dura, no hicieron un partido malo ni mucho menos; quizás fue la diosa fortuna la que les faltó a los de Asegarce, pero es que lo que tiene David no reside en las cábalas, habita en un lugar mucho más mundano y tangible, en sus características: de constitución alargada y sin apenas músculo aparente, tiene unas palancas de gran potencia que apaña con un punto de mira privilegiado que le hace arrimar pelota casi de forma innata sin necesidad de tener que colocarse delante del cuero con sus mejores galas. Y es que David parece de otra galaxia. Tiene algo especial que le hace diferente. Y más acompañado de Titín III, que sabe de qué va todo esto del Parejas. El caracolero es un experto y, secundado a la perfección por la frescura y la seguridad del de Villar de Torre, goza aún más. Está claro que, con 43 años a sus espaldas, Augusto está perdiendo poco a poco velocidad y poderío en los cuadros alegres, pero lo suple mandando y mostrando una categoría en labores defensivas espectacular. Lo mostró porque Oinatz también lo intentaba, y mucho, pero ayer en el Adarraga logroñés, el de Tricio fue un muro infranqueable, custodiado por un imperial Merino, nacido para reinar en los cuadros largos.

Y, aunque el marcador refleje las diferencias entre las dos parejas, la distancia no fue tan basta. Quizás el mal inicio de un Bengoetxea VI buscando las escuadra y el cartabón en el remate o la efervescencia de Titín en los primeros tantos fueron los que marcaron la diferencia en el luminoso. Sin embargo, la opacidad de Merino, de movimientos gráciles y, sin duda alguna, de pulmones agraciados, fue la que causó la sangría de tantos ante un Alexis incansable. Hubo un momento (9-2), cuando frenaron el tanque riojano el tándem rival, que Oinatz y Apraiz pudieron ver la manera de rebanar las diferencias. Cosieron los de Asegarce las brechas con la electricidad del delantero leitzarra. El motor de Bengoetxea VI explotaba a la perfección los golpes de genio de Apraiz. De una herida de siete tantos se pasó a una pequeña diferencia de dos (13-11), con los de Asegarce lanzados a la remontada. Esa reacción, sin embargo, quedó reducida a escombros con el aterrizaje de Merino, quien había parado para respirar y se tornó entonces una bestia en la retaguardia para forzar al zaguero gernikarra al fallo. Fue sideral su aparición como efímero el momento de suspense del envite.

Cayeron entonces Oinatz y Alexis, no sin luchar, en una espiral de problemas sin solución que volvió colorado de manera definitiva el marcador. En gran medida, la victoria nació de las manos del gran David, imperial en el despliegue y genial en el golpe, que impuso su ley cuando Titín más lo necesitaba. El joven zaguero de Villar de Torre parece haber tomado toda la veteranía de su compañero y juega como si llevara 20 años de profesional a sus espaldas. Y, otra vez, Oinatz y Alexis tienen que conformarse, resignados, con encajar golpes peleando y dando buena imagen; porque ayer fue bestial lo de Merino II, destacando la importancia de un buen zaguero, y excepcional lo de Titín III, tan efectivo y sacrificado que parece que lo difícil lo hace fácil. Ante esto solamente les queda a los de Asegarce suspirar y continuar de la misma manera para encontrar su hueco en el presente Parejas.