Novi Sad. España cosechó ayer un empate que deja casi en nada la brillante victoria cosechada en la primera jornada ante Francia, y sobre todo, el magnifico partido de José Manuel Sierra, que ayer evidenció que se encuentra al mismo nivel que los mejores porteros del panorama internacional.

A pesar de la brillante actuación del guardameta, el cuadro español no supo hacerse con el partido en ataque y exhibió una endeble defensa que permitió al conjunto magiar seguir em el marcador a los peninsulares. Unos problemas defensivos que no tardaron en trasladarse al ataque, donde el conjunto español sufrió lo indecible cada vez que no pudo conectar con el pivote Julen Aginagalde. Esta espesura en ataque sólo se vio interrumpida por algún que otro contragolpe tras el descanso que dio oxígeno al marcador ante la imposibilidad del ataque estático.

Así, enganchado a su defensa y a un magnífico Sierra, la selección logró mantener igualado el tanteador (19-19) hasta llegar a los últimos diez minutos, en los que España encontró, por fin, la fórmula para resolver sus problemas defensivos, lo que le hizo entrar en el último minuto con un gol de ventaja (24-23) y posesión, pero un inoportuno penalti impidió su victoria.