FRANCIA Omeyer; Abalo (6), Barachet (1), Karabatic (3), Fernandez (7), Guigou (3, 1p) y B.Gille (3), Karaboue (ps), Dinart, G.Gille, Narcisse (3), Joli, Accambray, Detrez y Bingo.

ESPAÑA Hombrados; Roberto García (1), Gurbindo (2), Guardiola (3), Morros (1), Alberto Entrerríos (3), Ugalde (4), Sierra (ps), Maqueda (3), Víctor Tomás (2), Raúl Entrerríos (1), Sarmiento, Aginagalde (1), J. García (2), Romero (2p) y Cañellas (4).

Árbitros Din y Dinu (ROU).

Novi Sad. La selección española de balonmano presentó sus credenciales a alzarse con el título europeo, tras imponerse por 26-29 a Francia, la vigente campeona, en un encuentro en el que maniató al habitualmente temible ataque del gigante galo. Intensidad, intensidad y más intensidad, como si de un mantra se tratase, los jugadores y el cuerpo técnico del equipo español no se cansaron de repetir en la previa que el único camino posible para derrotar al conjunto francés era desplegar una actividad casi febril sobre la pista.

Especialmente en defensa, el pilar donde se sustentan las aspiraciones del conjunto español, donde España apostó por un 6-0 con continuas salidas sobre los lanzadores franceses, que sorprendió de inicio a los de Claude Onesta y que a la larga resultó definitivo.

La solidez defensiva española resultó determinante en un partido en el que Francia no llegó a desplegar nunca su mejor nivel.