La Vuelta 2012 es la respuesta de Unipublic a una obviedad: la afición se moviliza más y las audiencias televisivas suben cuando hay un final en alto. Hasta once tiene el trazado entre grandes y pequeños puertos y repechos. El objetivo es dar espectáculo y obligar a los favoritos a dar la cara casi a diario. Y como solo hay una crono individual (para colmo, con un puerto en el recorrido) el perfil del ganador es el de un escalador. Éstas son las 21 etapas:

l Pamplona-Pamplona (16,2 km).

Para empezar, una crono por equipos que alterna callejeo técnico con largas avenidas. Por su corto recorrido, pocas diferencias.

l Pamplona-Viana (180). Trazado para velocistas sin dificultad.

l Faustino V-Arrate (153). Primer final en alto, la Subida a Arrate, puerto por antonomasia del ciclismo vasco.

l Barakaldo-Valdezcaray (155,4).

Desde 1991 no visitaba la Vuelta uno de sus puertos típicos. Segundo final en alto y más diferencias entre los favoritos.

l Logroño-Logroño (172). Un día de calma, con cuatro vueltas a un largo circuito.

l Tarazona-Jaca (174,8). Final en repecho (2,8 kilómetros al 7% y rampas de hasta el 20%).

l Huesca-Motorland Aragón (160).

Final en el Circuito de Alcañiz en una etapa sin dificultades.

l Lleida-Collada de la Gallina (175). Cuarto final en alto, en un puerto inédito en la Vuelta, precedido de un puerto de 2ª con un descenso complicado.

l Andorra-Barcelona (194). Etapa casi llana salvo por el detalle de subir Montjuic (3ª) cerca de la meta.

l Ponteareas-Sanxenxo (166,4).

Tras el único pero larguísimo traslado de Barcelona a Pontevedra, y tras la primera jornada de descanso, etapa sencilla aunque por las pestosas carreteras gallegas. Típica para escapadas largas.

l Cambados-Pontevedra (40). Única crono individual, que incluye un puerto de 3ª a mitad de recorrido.

l Vilagarcía-Mirador de Ézaro (184,6). Quinto final en alto, en un puerto que sólo es de 3ª, pero con fuertes rampas.

l Santiago-Ferrol (172,7). Otra (de las pocas) etapas de teórico trámite de la carrera.

l Palas de Rei-Ancares (152). Sexto final en alto, por la vertiente menos dura, pero precedido de la ascensión de varios puertos, incluido uno de 1ª a 30 kilómetros de la meta.

l La Robla-Lagos de Covadonga (186,7). Séptimo final en alto. Regreso al puerto por excelencia de la Vuelta, con el añadido (que cambia mucho la etapa) de El Fito, duro y con un descenso vertiginoso hacia el puerto final.

l Gijón-Cuitu Negru (185). Octavo final en alto, en un puerto inédito que en realidad es una prolongación de 2,8 kilómetros de Brañillín (a su vez, prolongación de Pajares). Con tramos de hasta el 25%. Al estar precedido por San Lorenzo y La Cobertoria, Samuel Sánchez se atrevía a calificar ésta como la etapa reina.

l Santander-Fuente Dé (177). Tras la segunda jornada de descanso... ¡Noveno final en alto! Esta vez, un puerto de 2ª sin grandes porcentajes, que Cobo conoce bien por estar muy cerca de su casa y formar a menudo parte del menú del Circuito Montañés.

l Aguilar de Campoo-Valladolid (186,4). Para variar, una etapa llana, y demasiado cerca del final de la carrera como para temer que el viento cambie algo en la clasificación general.

l Peñafiel-La Lastrilla (169). Décimo final en alto, esta vez donde vive Pedro Delgado, que jura que no ha influido en la elección de este final de etapa y que asegura que es "un puerto fácil, pero en el que puede haber alguna sorpresa".

l Segovia-Bola del Mundo (169,5). Undécimo final en alto. Regreso a la Bola del Mundo, prolongación de Navacerrada, que se estrenó con un gran éxito en la Vuelta 2010, con el intenso duelo entre Ezequiel Mosquera y Vincenzo Nibali. Un puerto que, según explicaba Juanjo Cobo, "obliga a poner desarrollos especiales" y que será un excelente colofón para la carrera, sobre todo si la general está igualada.

l Cercedilla-Madrid (111,9). Quizás llegaron a meditarlo, pero la última etapa no tendrá final en alto... Las habituales vueltas por la Castellana y el tributo al vencedor de la general pondrán el punto final a la carrera.