Málaga. Poca sustancia tuvo el partido de ayer en La Rosaleda, con mucho control, escaso ritmo y un solitario gol blanco. El Real Madrid llegó dispuesto a hacer valer su ventaja en el partido de ida (3-2) y no lo tuvo nada difícil, pues en Málaga, se diluyó según fueron pasando los minutos y no supo plantar cara al equipo madrileño. Kaká y Coentrao fueron las dos grandes novedades del once de Jose Mourinho, un equipo que ganó altura con la entrada de Özil en lugar de Khedira lesionado. De hecho, hubo que esperar hasta el minuto 71 para que Benzema consiguiera el único tanto, que le vale a los blancos el paso a cuartos. Foto: efe
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