Albacete. Los albaceteños ejercieron una presión asfixiante ante un cuadro vizcaíno que, aunque no dominó el encuentro, dispuso de la mejor ocasión de gol en un disparo de Iraola en el primer periodo y que se fue directo al palo.

Al igual que ante el Atlético de Madrid, en la eliminatoria previa, el Albacete ejerció una gran presión en terreno rival desde el primer minuto, estrategia que imposibilitó que el cuadro vizcaíno pudiera desarrollar su juego con soltura.

Los primeros quince minutos fueron un monólogo albaceteño en el que sus jugadores impidieron que los bilbaínos tuvieran el control, aunque a los manchegos les faltaba llegada.

Todo lo contrario que al conjunto de Marcelo Bielsa, que aunque no dibujaba sus habituales diagonales se plantó un par de veces ante el meta del Albacete, Campos, aunque no lo batió por mala fortuna.

Fueron los mejores momentos del equipo de Primera, que volvió a sufrir en la recta final las acometidas de un equipo castellano-manchego que siguió adoleciendo de profundidad.

Al final, ni uno ni otro consiguió tanto alguno, en un enfrentamiento marcado por la tensión y la deportividad, que se decidirá en San Mamés.