El Tribunal de Nanterre dictó la misma pena para Arnie Baker, entrenador de Landis cuando se produjeron los hechos, después de que el ciclista fuera desprovisto de su victoria en la general del Tour de Francia de ese año, en el que compitió con el Phonak suizo.
Como estaba previsto, ni Landis ni Baker se presentaron en el juicio, que se inició el pasado 17 de octubre y en el que también se condenó a la empresa eléctrica EDF a 1,5 millones de euros (unos 2 millones de dólares) por espionaje contra la organización ecologista Greenpeace.
Tanto Landis como EDF contrataron a la empresa Kargus Consultants para cometer el delito. El exciclista recurrió a los servicios de un pirata informático para alterar los resultados del laboratorio antidopaje francés Châtenay-Malabry (más tarde AFLD) y haber utilizado los datos manipulados para intentar defender su inocencia en su caso de positivo por testosterona, según los magistrados.
La sentencia, de un año de cárcel exento de cumplimiento, no alcanzó los 18 meses que había requerido la fiscalía contra el exciclista, de 36 años, por haberse introducido ilegalmente y ayudado por sus cómplices en la base de datos del laboratorio con la intención de recuperar algunas piezas analíticas sobre el caso para manipular datos científicos.
De esa forma, Landis pretendía conservar su título de vencedor del Tour de Francia, cuyo vencedor legal en aquella edición fue el español Óscar Pereiro, del Caisse d'Epargne-Illes Balears.