GRANADA Roberto; Nyon, Iñigo, Mainz, Siqueira; Jaime, Mikel Rico, Fran Rico (Mollo, min. 80), Dani Benítez; Abel Gómez y Uche (Geijo, min. 64).
BRACELONA Valdés; Alves, Mascherano, Abidal, Maxwell; Busquets, Cesc (Iniesta, min. 70), Xavi (Keita, min. 83); Pedro (Villa, min. 55), Cuenca y Messi.
Goles 0-1, min. 33: Xavi.
Árbitro Muñiz Fernández (Colegio asturiano). Amonestó a Uche (min. 2), Fran Rico (min. 35), Jaime (min. 36 y 52), Mainz (min. 62), Dani Benítez (min. 63 y 92), Nyom (min. 86) por parte del Granada; y a Dani Alves (min. 26), Busquets (min. 62), Isaac Cuenca (min. 66) y Keita (min. 89) por parte del Barcelona.
Estadio Nuevo Los Cármenes. Lleno.
granada. El Barcelona venció por la mínima en el estadio de Nuevo Los Cármenes frente a un Granada notable en defensa, pero nulo en ataque, en un partido bochornoso que se decidió merced a un magistral saque de falta de de Xavi Hernádez en un libre directo.
La mejor noticia para los culés fueron los tres puntos que sumaron tras el pitido final, ya que las sensaciones se encontraron muy lejos de su juego asociativo y de su mejor forma física. Mientras, el Granada perdió, de un modo digno, en un choque en el que finalizó con nueve jugadores, y que en todo momento, pudo dar un último susto al Barcelona. Aunque para ello, claro está, debería al menos haber ensayado algún disparo a puerta, algo que no hizo en todo el encuentro.
El entrenador blaugrana Pep Guardiola sorprendió con su planteamiento inicial, sentando en el banquillo al asturiano David Villa, para darle la oportunidad de debutar en Liga a una nueva perla de La Masía, el atacante Isaac Cuenca, después de que el joven ya hubieses disputado algún minuto en Liga de Campeones.
El Barcelona, de vuelta al esquema del 4-3-3 tras varios partidos lejos del Camp Nou actuando con tres defensas, ocupó el campo de un modo más racional. De este modo, en el cuarto de hora inicial, la posesión y las oportunidades de gol fueron para los blaugranas, frente a un Granada agazapado en su campo, cuya misión era la de salir a la contra. Es lo que su técnico, el exalavesista Fabri, ordenó. Y no le valió para obtener ningún punto pero sí para convertir el duelo en un tedio.
Con un abrumador dominio del esférico, los culés iban cercando la meta de Roberto. Messi de maniobra personal, Xavi desde la frontal del área y Pedro de cabeza, comenzaron a probar los reflejos del arquero granadino. Mientras tanto, los atacantes nazaríes no eran capaces de jugar con criterio los pocos balones que dominaban.
Todo hacía presagiar un gol del Barcelona, que finalmente llegó en torno a la media hora de juego, tras una falta magistralmente ejecutada por Xavi. Hasta entonces, aunque los catalanes habían gozado de buenas ocasiones, su juego de ataque se antojó lento, horizontal y falto de mordiente, para abrir el cerrojazo propuesto por Fabri.
El tanto de Xavi no varió ni un ápice el tipo de fútbol practicado por el Granada, consciente de que si se iba en busca del empate, la velocidad de los blaugranas podría darle más de un disgusto a Roberto. Con los locales más preocupados de defender que de atacar y con los visitantes con más posesión que peligro, se llegaría al descanso y se pasaría a una segunda parte en la que las cosas apenas cambiaron.
El Granada, demasiado conservador, sufrió una expulsión, la de Jaime, que resultó definitiva. Así que el equipo nazarí dio por bueno el resultado, volvió a plantar el autobús frente al área de Roberto y se limitó a aguardar una contra que no llegó nunca. Guardiola movió el banquillo, en principio obligado por la lesión de Pedro Rodríguez, pero apenas obtuvo respuesta. Con un Messi lejos de su mejor el nivel, el partido agonizó con un ritmo cansino e insoportable.