La selección de Australia se hizo con el tercer puesto en el Mundial de rugby, después de imponerse por 21-18 a una voluntariosa Gales, que perdió el paso después de conseguir remontar la desventaja inicial. Los galeses aspiraban a repetir el exitoso lugar que ocuparon en la edición de 1987, cuando sorprendieron a los wallabies, pero se toparon con un sólido rival que supo reaccionar rápidamente cuando los de Warren Gatland se pusieron por delante en la segunda parte.