Barcelona. Llegó, vio y se estrelló. Antoine Wright, alero del Estudiantes con una dilatada experiencia en la NBA, pagó ayer como nadie el peaje de la adaptación. En un partido sin historia en el que el Barcelona apabulló al cuadro madrileño con un triunfo por 97-51, el jugador norteamericano quiso entrar en la historia de la ACB y lo consiguió, aunque de forma involuntaria. En los 25 minutos que estuvo sobre el parqué del Palau, Wright sumó unos números dignos de estudio: 0 de 7 en tiros de dos, 0 de 3 en triples, 0 de 2 en tiros libres, cinco balones perdidos y cinco faltas cometidas. Un cúmulo de despropósitos que sumados alcanzan nada menos que -19 puntos de valoración, la cifra más baja de la historia de la Liga española. En resumen, podría decirse sin temor a equívoco que Antoine Wright, exjugador de los Nwe Jersey Nets o Dallas Mavericks, entre otros, completó ayer la peor actuación de un jugador en todos los años de historia ACB. Casi nada.
Y todo en un partido en el que el Barça se presentó ante su afición atropellando a un frágil Estudiantes por 97-51. El conjunto colegial, arropado por la inspiración ofensiva de Germán Gabriel (12 puntos en el primer cuarto), arrancó bien el encuentro, pero tras el 4-8 inicial encajó un parcial de 20-4 en apenas tres minutos. La tremenda superioridad en el juego interior de Lorbek y N'Dong y el dominio local en el rebote (13 capturas del Barça por 3 de Estudiantes en este primer período) permitieron abrir esta primera brecha en el marcador que Marcelinho Huertas rubricó con un triple al final del primer cuarto (31-19).
Los madrileños mejoraron en la segunda manga, sobre todo en defensa. Rabaseda salió desde el banquillo para desatascar el juego ofensivo azulgrana con dos triples casi consecutivos (43-25), mientras que por el bando visitante Driesen y Granger intentaban mantener el tipo para su equipo. Un triple sobre la bocina de Jiménez cerró la primera mitad con 47-35 para los locales. Un resultado engañoso para la enorme sensación de superioridad que el Barça había dado en todas las facetas del juego en estos primeros veinte minutos.
Tras la reanudación, siguió el festival anotador de Lorbek y N'Dong, los culpables de un 20-5 en el arranque del tercer cuarto que dejaría definitivamente sentenciado el partido (67-40). Un parcial de 13-0 al inicio del último cuarto permitió a los blaugranas alcanzar un máxima diferencia de 42 puntos (88-46), aunque la misma se ampliaría al final del partido. El 97-51 final desnudó la cruda realidad de Estudiantes en el Palau, con muchísimos problemas para anotar en ataques estáticos -solo logró cinco ridículos puntos en el último cuarto- e incapaz de frenar el poderoso baloncesto coral (30 asistencias) de este Barcelona.
Por su parte, el Valencia Basket inauguró su casillero de victorias a costa de un débil CAI Zaragoza incapaz de hacer frente a la agresividad de los locales en ambos lados de la pista. El equipo de Paco Olmos mostró un juego colectivo intenso y alegre, aunque aún falto de rigor en algunos momentos y de continuidad al final lo que propició que, de la mano de Rafael Hettsheimer el CAI maquillara un debut liguero para olvidar. Tras su derrota en la primera jornada, el equipo local saltó a la pista intenso y concentrado.
Un logro que prolongó el resto de un choque en el que el CAI apenas pudo maquillar el marcador en los minutos finales. Además, en el resto de partidos de la jornada el Cajasol se impuso por un contundente 86-61 a un flojo Lucentum Alicante, en un partido en el que los sevillanos se estrenaron con su primer triunfo en la ACB al aplastar a su rival con una magnífica defensa y gran acierto en el tiro, sobre todo el exbaskonista Carl English (25 puntos). Por último, el FIATC Joventut debutó en Badalona con una importante victoria (71-65) ante el UCAM Murcia, mientras que el Unicaja venció a domicilio al Obradoiro por 71-78 gracias a la gran actuación de Joel Freeland, que anotó 20 puntos.