Habrá habido pocos episodios tan deleznables en la historia del deporte como el que protagonizó y del que sacó partido la madrugada de ayer el púgil Floyd Mayweather Junior. El norteamericano se apoderó del cinturón de los pesos welter en un combate en el que aprovechó un descuido del vigente campeón, Víctor Ortiz, para noquearlo yzanjar la pelea. La pelea disputada en el Grand Garden Arena del hotel MGM Grand de Las Vegas ante 14.687 espectadores fue dominada por Mayweather desde el inicio.

Sin embargo, los golpes que dio fueron para muchos antirreglamentarios. Sobre todo los dos que le sirvieron para hacerse con la victoria. Mayweather, que había impuesto su velocidad ante la valentía de Ortiz, no tuvo consideración con su rival que se acababa de disculpar por el cabezazo que le había dado al púgil estadounidense, que mantuvo su invicto después de 42 peleas y 26 triunfos conseguidos por la vía del KO. Mientras Cortez estaba tomando nota para quitarle un punto a Ortiz, el púgil méxico americano había abrazado y besado en el pecho a Mayweather., que nada más que el árbitro dio tiempo de pelea respondió con los golpes demoledores. Ortiz estaba aún relajado, con la guardia baja. No los pudo soportar. Cayó fulminado.

Ante las críticas que surgieron entre los comentaristas y el público, Cortez defendió su decisión de dar por buenas las acciones de Mayweather y de considerarlas legales. "Estaba vigente ya el tiempo de pelea y cada púgil necesita tener la guardia alta y protegido", explicó el juez. "Mayweather no hizo nada ilegal".

Ilegal no, pero cuestionable hasta límites insospechados. Ortiz, de 24 años, 10 más joven que Mayweather, nunca pudo con la velocidad el campeón invicto que logró su tercer título en el peso welter y además una bolsa garantizada de 25 millones de dólares. Al margen de la forma poco ortodoxa como acabó la pelea, Mayweather, que volvía a pelear por primera vez desde el 20 de mayo del 2010 cuando ganó en decisión dividida a su compatriota Shane Mosley, estaba listo para ganar por la misma vía a un rival que llegó al combate mal preparado tácticamente.

Sólo los arrebatados e intermitentes ataques de Ortiz, que de alguna manera le permitía Mayweather, le dieron algo de emoción a la pelea que tuvo como único protagonista al campeón invicto, favorito en las apuestas 5-1 y con objetivo de volver a ganar una bolsa súper millonaria y prepararse para enfrentar a Manny Pacquiao.