VITORIA. La primera fase del Eurobasket de Lituania tocó ayer a su fin con desigual resultado para los cinco jugadores del Baskonia que este verano se han visto obligados a sudar antes que sus compañeros las primeras gotas de la temporada. A tres de ellos, el capitán Mirza Teletovic, el recién llegado Milko Bjelica y el joven Devon Van Oostrum se les espera en Vitoria entre mañana y el jueves, aunque puede que el canterano no se incorpore siquiera a los entrenamientos si en las próximas horas se cierra su cesión al Tarragona. A partir de mañana, cuando el torneo continental se reanude, serán solo dos compañeros de posición en la escuadra vitoriana los que representen los colores azulgranas en tierras bálticas. Hasta que San Emeterio y Nemanja Bjelica pongan punto final al torneo, Dusko Ivanovic entrenará sin aleros, pero podrá contar al menos con dos de los cuatro interiores que sustentarán la pintura del nuevo Caja Laboral. Así, a poco más de veinte días para que arranque la Supercopa, el conjunto alavés empezará a edificar su estructura.
milko bjelica No deja de resultar curioso que el que fuera tercer fichaje azulgrana durante este verano haya ejercido de suplente en Montenegro del hombre cuya taquilla viene a ocupar. Poco después del final de la pasada campaña, Vladimir Dragicevic, fichado en abril como temporero, rechazaba la oferta de la entidad vitoriana para continuar en el Buesa. El ala-pívot montenegrino quería sentirse importante, algo que, pese a su insistencia, el Baskonia -con Teletovic como gran acaparador de minutos en su puesto- no podía ofrecerle. Dragicevic acabó decantándose por el Spartak de San Petersburgo, y justo tres días después el club anunció el fichaje de un Milko Bjelica que durante este Europeo ha compartido minutos con el exbaskonista -15,4 para Bjelica y 20,8 Dragicevic- cuajando sin embargo un papel aceptable cuando salía del banquillo. El nuevo cuatro del Caja Laboral se despide de Lituania con 6 puntos y 2,4 rebotes por partido. Se ha jugado ocho triples en todo el torneo y no ha metido ninguno.
san emeterio Los escasos ocho minutos que el alero cántabro disputó ayer en la derrota española frente a Turquía son suficientes para darse cuenta de que el hombre que maravilla a todos en el Baskonia no es el mismo que viste la elástica del combinado nacional. Lastrado por la evidente -e inexplicable- desconfianza con la que Sergio Scariolo está nutriendo el paso de San Emeterio por la selección, el jugador baskonista ha deambulado por ahora sobre el parqué con unos números pírricos -1,5 puntos y 1,8 rebotes por partido en 10,5 minutos de media- acompañados de detalles maquiavélicos como fue quedarse sin jugar un solo segundo en el contundente triunfo ante Lituania. En sus cuatro partidos, San Emeterio ha evidenciado que no se siente protagonista, lanzando cinco escasos tiros de dos puntos y cuatro triples.
teletovic Al contrario de lo que ocurre con San Emeterio, el que no altera un ápice su juego ya sea en el Baskonia o con su selección es Mirza Teletovic. El bosnio ha liderado a su equipo a golpe de triple un día sí y otro no, con dos encuentros en los que no vio el aro ni de casualidad -0 de 9 ante Grecia y 0 de 4 contra Finlandia-. Dice adiós con 13,8 puntos y 5,8 rebotes de media en más de treinta minutos, pero sobre todo con la sensación general de que su licencia para tirarse hasta las zapatillas alcanza tintes surrealistas cuando viste la camiseta de Bosnia.
bjelica y van oostrum Por su parte, Nemanja Bjelica, cuya presencia en el Eurobasket peligró hasta el último momento por culpa de la lesión en la muñeca que arrastraba desde hacía meses, deja pasar de nuevo la oportunidad de brillar a nivel internacional con un torneo en el que, al menos por ahora -y no tiene visos de cambiar- ejerce de agitatoallas desde el banquillo pese a la presencia de su supuesto protector Dusan Ivkovic. Acechado por la sombra de Keselj, el que fue su suplente en el Estrella Roja y ahora en el Olympiacos, sus diez minutos de media con 2,2 puntos y 2,7 rebotes hablan por sí mismos. Tiene un largo camino por mejorar cuando retorne a Vitoria. En su segundo año, la adaptación dejará de ser una excusa.
Y si no que se lo pregunten al descarado Devon Van Oostrum. Ayer, ante Polonia, el joven base se quedó de nuevo sin jugar, aunque ante Turquía y España superó la veintena. Apenas ha encestado una canasta de campo en once intentos -consiguió acertar frente a los turcos-, pero su dominio del balón y las hechuras de futura estrella que desprende casi en cada jugada -incluso en las que falla- pueden dejar tranquilo al Baskonia. Lo han forjado en la fragua adecuada. En Tarragona disfrutarán de él el próximo curso.