Las Rozas. Cesc Fábregas, centrocampista internacional del Barcelona, zanjó definitivamente la polémica vivida con los jugadores del Real Madrid en la Supercopa de España y aseguró que "nunca nadie cambiará" el ambiente de la selección, y afirmó que tienen "que estar más unidos que nunca". Cesc no quiere seguir escuchando hablar de tanganas ni discusiones entre compañeros de selección cuando se enfrentan con sus clubes. La última entre jugadores del Barça y Real Madrid se desató cuando recibió una dura entrada del brasileño Marcelo. Ayer dio su punto de vista: "creo que se ha hecho demasiado en torno a la polémica. Cuando juegas un Barça-Real Madrid cada uno quiere ganar por su club y eso no lo quita nadie. Ha habido diferentes acciones que no nos hubieran gustado, y eso todos los sabemos, pero aquí todos somos compañeros y defendemos por el bien de la selección", afirmó. "Eso no lo va a cambiar nunca nadie. Se tiene que zanjar ese tema de una vez. Tenemos que estar más unidos que nunca si queremos repetir lo que hemos hecho en la Eurocopa y el Mundial", añadió.
La fractura en la selección, que se inició durante los episodios acontecidos en el carrusel de clásicos que se vivieron entre mayo y junio, y que se recrudeció tras la disputa de la Supercopa de España, amenazaba con fraccionar definitivamente un vestuario que había señalado la unión como uno de los pilares sobre los que ha edificado su tronío en el fútbol internacional. Del Bosque estaba preocupado. No lo ocultó, y ya advirtió a sus pupilos sobre "medidas severas" si alguien se salía del guión. Como si de una pandilla de barrio se tratara, la selección tomó otra tangana como punto para volver a encontrarse. Fue la que se produjo en el tramo final del partido ante Chile. Barcelonistas y madridistas remaron juntos con esa vena barriobajera que funde el sentimiento dentro de una cancha de juego cuando se ve amenazado el compañero en el cuerpo a cuerpo. Nadie rehuyó la defensa del igual.
David Silva, uno de los jugadores más en forma del combinado también destacó lo que supone jugar en la selección española contemporánea. "Es una alegría representar al fútbol español y seguro que los que han pasado por la selección hace años están orgullosos de lo conseguido". El canario destacó su llegada a la Premier el curso pasado como un paso con el que ha crecido como jugador.