POLA DE SoMIEDO. "Es malo hasta para los escaladores", dijo Fernando Escartín cuando en invierno de 1998 la Vuelta anunció su nuevo descubrimiento: una cuesta en la cuenca minera, de Riosa para arriba, de 12,5 kilómetros de longitud y 10,1 de desnivel pero rampas de hasta el 22% como en el tramo de La Cueña des Cabres. La subida, de firme aceptable entonces tras los arreglos que se le hicieron para ganar la batalla a otro coloso, el vecino La Gamonal, y ser elegida por la Vuelta como final de etapa, acababa en una explanada que los ganaderos de la zona conocían como Angliru. Así se llamo la montaña más descomunal de la historia de la Vuelta. El muro en el que Bradley Wiggins defiende el jersey rojo ante los escaladores que le amenazan, pero que, paradójicamente, no han sido capaces de superarle en ninguna de las escaladas de lo que va de Vuelta.

Hoy, dicen, será distinto, aunque estos días se habla en la Vuelta de que la pared del Angliru es el mejor de los lugares para defenderse. Explican los defensores de esta corriente que tanta brutalidad no hace sino igualar las fuerzas. Argumentan que, al ser tan extremadamente duro, el que mejor suba ira a nueve por hora, no mucho más rápido, y el peor de los hombres fuertes a siete por hora, no mucho más lento. No todos están de acuerdo con eso. Los que creen que las diferencias serán mayúsculas no tienen otra defensa verbal que la de la dureza de la montaña. Pero a cambia, presentan datos. Se fijan en la historia del Angliru.

En 1999, ganó José María Jiménez. El Chava sometió al sprint, con picardía y entre la niebla, a Pavel Tonkov, pero sacó más de un minuto a Heras y 1:44 a Olano, que era líder entonces. En 2000 Simoni sacó más de dos minutos a Hruska y casi tres a Heras. En 2002, Heras le metió 1:35 a Beloki, 1:42 a Casagrande y 1:54 a Mayo. En 2008, la última vez que se subió, Contador sacó 42 segundos a Valverde y 58 a Joaquim Rodríguez. En la mitad de las ocasiones en las que se ha subido, el líder ha defendido con éxito el liderato: Olano en 1999 y Heras en 2000. En 2002, Óscar Sevilla cedió el jersey oro a Heras. Y en 2008 pasó de las espaldas de Egoi Martínez a las de Contador. Hoy, el Angliru pone a prueba a Wiggins.