vitoria. El Valencia sigue la regeneración deportiva que le marcan sus estrecheces económicas. Juan Mata ya ha llegado a un acuerdo con el Chelsea y sólo faltan "flecos" para que el Valencia acepte la oferta del club londinense. La operación se cerrará en torno a los 30 millones de euros y el internacional español firmará con los blues por las próximas cinco temporadas. De esta manera, el equipo dirigido por Unai Emery pierde a su tercer campeón del mundo. El verano pasado, David Villa y David Silva cambiaron la ciudad del Turia por Barcelona y Manchester City. Aún así, el Valencia fue capaz de rehacerse y volver a conseguir la tercera plaza en el Campeonato Nacional de Liga, un hecho que debería conceder a un eternamente cuestionado Emery que, como Guardiola, inicia su cuarta campaña al frente del equipo, todo el crédito.
La salida de Mata rumbo a la Premier se anticipaba en las oficinas valencianistas. Los ecos sonaban en Londres. Primero en el norte, en el barrio de Islington, donde tiene su sede el Arsenal. El traspaso se estancó, por suerte para Mata, cuyo talento y progresión demandan un equipo con aspiraciones, algo que los Gunners hace tiempo dejaron de tener. Finalmente, el destino del español estará en el exclusivo barrio de Chelsea, a cuyo club Abramovich puso a la vanguardia económica mundial hace ya casi una década. El equipo londinense inicia su enésimo proyecto en busca de la Champions, entregado a André Villas Boas, el discípulo de Mourinho, el hombre que transformó un cheque en blanco en un equipo grande. Algo en lo que está el City.
Villas Boas tiene ante sí un reto enorme. El año pasado el Chelsea se ahogó en sus miserias. Sin conductores en el centro del campo y sin la figura de ese trescuartista capaz de ofrecer balones a un Fernando Torres que en su media temporada en el equipo naufragó yermo de socios y víctima del juego plano de los blues. Con Mata lo tendrá más fácil. El asturiano ha acreditado en el Valencia 36 goles y 40 asistencias en cuatro temporadas de constante progresión y multiplicación de la responsabilidad. Para las carencias en el mediocentro, Villas Boas ha reiterando la necesidad de añadir dos volantes al plantel. Su preferido es Luca Modric, el abanderado de una generación croata que aún vive por debajo de las expectativas.
El Valencia, por su parte, deberá sobreponerse a la marcha de su mejor jugador. Desde los despachos han sido rápidos, y las contrataciones de Piatti y Canales garantizan la calidad del costado derecho. En cualquier caso, el argentino deberá adaptarse a una exigencia que nada tiene que ver con Almería, y el futbolista cedido por el Madrid tendrá que readaptarse y volver a sentir un protagonismo perdido. También debe acomodarse a los tiempos austeros la afición ché. Un colectivo que vive en un permanente estado de tensión que traslada a una directiva de convicciones endebles, demasiado pendiente del sonido de Mestalla, el cual ha pesado más que los resultados a la hora de evaluar a los últimos técnicos del club.