parÍs. Adquirido a finales de la pasada temporada por un fondo de inversión catarí, el París Saint-Germain busca volver a la elite del fútbol continental a base de talonario y ya ha gastado en fichajes 85 millones de euros. El argentino Javier Pastore, por el que pagarán al Palermo 42 millones de euros una cifra que en la prensa gala se considera completamente desorbitada e irreal dentro del actual mercado veraniego, se convertirá en el eje central del nuevo proyecto y en el fichaje más caro de la historia del fútbol francés.
Tradicionalmente gastador, el PSG ha roto este año todos los límites gracias al dinero del fondo catarí Qatar Sport Investment, que a finales de junio pasado compró el 70% del club por unos cincuenta millones de dólares.
Con el brasileño Leonardo, exjugador, entre otros, del propios PSG, al mando de la parcela deportiva, el club ha comenzado una labor de refuerzo sin precedentes en su historia. Desde entonces, han invertido ya en fichajes 85 millones suplementarios, el mayor gasto que se recuerda en el fútbol francés, cuya anterior referencia eran los 77,5 millones que invirtió el Olympique de Lyon en 2009.
Pero, sobre todo, muy por encima de lo que están gastando otros clubes de la Liga francesa, como el Olympique de Marsella, que ha invertido cuatro millones de euros.
Y el contador del PSG no se ha detenido, porque el club busca todavía incorporar alguna estrella más a sus filas, ya que todavía queda margen hasta los cien millones prometidos por el fondo catarí.
Por el momento, el club ultima la incorporación de Pastore, que tanto en la capital gala como en Palermo dan por segura. Será el jugador más caro de la historia del fútbol francés, por encima de los 33,5 millones que el club parisiense pagó en 2000 para recuperar a un Nicolas Anelka, por entonces en horas bajas en el Real Madrid. O los 24 millones que el Olympique de Lyon pagó al Oporto para hacerse en 2009 con los servicios del argentino Lisandro.
Pastore tendrá pues sobre sus hombros la responsabilidad de responder a las grandes expectativas creadas, muy por encima de lo ya completado por el argentino de 22 años. En torno al habilidoso centrocampista ofensivo, formado en Huracán, Leonardo ha tejido una tela de jugadores con los que espera elevar el nivel de un club de prestigio institucional que, deportivamente, no ha peleado por el título liguero en los últimos siete años.
En busca del brillo perdido, el director deportivo brasileño, hasta hace bien poco entrenador del Inter de Milán, se ha traído a importantes jugadores de Francia y de Italia.
Tras Pastore, en términos de inversión financiera, llega el francés Kevin Gameiro, un joven delantero que a sus 24 años firmó con el modesto Lorient una temporada con 22 goles. El PSG pagó por él casi 15 millones de euros, el doble que por el centrocampista Jéremy Menez, adquirido a la Roma por 8 millones. Habilidoso y técnico, el jugador ha completado buenas temporadas en Italia, lo que le ha permitido ganarse un puesto internacional en el combinado dirigido por Laurent Blanc.
Algo menos, 7,5 millones, costó hacerse con el mediocampista de corte defensivo Blaise Matuidi, formado en el Saint-Etienne y que, al igual que Gameiro y Menez, tiene 24 años. Otra de las sensaciones del mercado de fichajes parisiense fue la adquisición del centrocampista malí, nacido en Francia, Mohamed Sissokho, por el que pagaron 7,5 millones de euros a la Juventus de Turín.
De menor cuantía son los fichajes del defensor serbio del Valenciennes Milan Bisevac, que a sus 27 años llega al club de la capital por 3,2 millones de euros, y del portero del Palermo Salvatore Sirigu, por el que pagaron 3,5 millones.
El experimentado meta del Rennes Nicolas Douchez, de 31 años, también llegó al PSG pero tras haber acabado su contrato con la entidad bretona.