Donostia. Joaquim Rodríguez, gran animador el pasado lunes de los últimos kilómetros de la Clásica de Ordizia, afronta hoy el mismo hándicap que Haimar Zubeldia en 2010: tratará de meterse en la pomada de la Clásica sin contar con el turbo que aporta el Tour de Francia. Como el usurbildarra hace un año, el catalán no corría desde el Dauphiné -ganó dos etapas-, pero se ha entrenado en Andorra de cara a la Vuelta. "No estoy mal. Estoy al 100% de lo que podía estar en estas fechas, con algo de margen aún de cara a la Vuelta. Me gustaría estar algo mejor, pero es lo que hay".

Quinto en 2010 y segundo en 2005 tras su entonces compañero Tino Zaballa, Purito sabe que "hay otros corredores que parten con la ventaja de haber corrido el Tour, pero voy a intentar estar delante en Jaizkibel. Sé que me tocará sufrir, pero vamos a intentarlo. El grupo que pase no será muy amplio y, si no se organizan, siempre hay algunos ciclistas que entran de atrás".

Lo que no ve es alguien que ataque en Jaizkibel y llegue a la meta en solitario. "Es muy difícil. Hay mucha igualdad y también mucho terreno hasta la meta. Si llega alguien solo, lo lógico es que haya atacado más cerca del final".

Tras disputar el Giro de Italia, en el que finalizó en quinta posición con la espinita de no haber logrado una victoria de etapa, Joaquim se plantea la Vuelta como gran reto inminente. "Esta temporada ha sido difícil para mí. Me costó empezar por la rodilla, pero luego ya he ido mejor. Espero acabar con un buen sabor de boca en la Vuelta", aunque se ve inferior a otros ciclistas: "Nibali y Antón ya estuvieron a gran nivel en 2010 y Menchov ya sabe lo que es ganar la carrera y le beneficia la crono".

De cara a afinar su puesta a punto, mañana correrá en Getxo y después la Vuelta a Burgos. "La idea es mejorar otro poco para la Vuelta".