Les herbiers. Desde que le comunicaron la presencia de clembuterol en su organismo tras el resultado de un análisis en el Tour de Francia, Alberto Contador no ha probado la carne. Y no lo hará, al menos, hasta que se solucione el caso, allá por la primera semana de agosto. En el Tour, el español, como durante todo el año, viaja en carrera auxiliado por un furgón que alberga la cocina de los chefs del Saxo Bank y suele conducir Valentín Dorronsoro, el auxiliar vasco del equipo danés. Aunque puede parecerlo, no es una medida excepcional ni nueva. La cocina ambulante la instauró Riis en su equipo antes de la llegada de Contador.
No solo el español teme a la carne. La obsesión se ha extendido a otros corredores. Los del Rabobank, por ejemplo, han extremado las medidas para evitar verse inmersos en una situación similar a la que pudo provocar aquel pedazo de solomillo masticado por Contador. Durante el Tour solo comerán carne holandesa. Matarán las terneras en casa, las despiezarán en casa, las analizarán en casa y luego, limpias de toda sospecha, las mandarán al Tour. Los corredores masticarán así seguros de que esa carne no se les indigestará. Ni ellos ni al equipo. Por si acaso, de todas maneras, tras cada cena guardarán un trozo de cada pieza para, en caso de contaminación, poder aportar la prueba que determine el origen de la sustancia contaminante, que es el gran lastre que ha arrastrado Contador -se comió todo el solomillo y con ello la única prueba firme de su inocencia- desde su indigesta cena en la última jornada de descanso del pasado Tour.
Euskaltel-Euskadi no está obsesionado con la carne, pero este año ha llevado por primera vez a un cocinero al Tour, Patxi Gimeno. Se encargará de mimar el paladar de los corredores, pese a lo restringido de la dieta ciclista. Pasta, arroz, verduras, pescado… También carne. Filetes de ternera, pollo o pavo con el sello vasco de calidad. Gimeno salió de casa con la despensa llena y se reabastecerá mediado el Tour.
Por todo eso del clembuterol en la carne no debe estar muy preocupado David Zabriskie, americano del Garmin-Cervélo que ya fue líder del Tour en la era Armstrong. Correrá todo el Tour alimentándose con una dieta casi vegana: sin carne ni huevos ni nada que proceda de un animal, salvo un par de piezas de salmón a la semana.