LONDRES. El manacorense reanudó hoy "sin problemas", tras sus molestias del viernes en la pierna derecha, el duelo ante Muller, su verdugo en estas mismas pistas en 2005, a las 13.00 hora local (12.00 GMT), después de haberse aplazado el partido por ligeras precipitaciones.
Colocado ya en octavos de final, el número uno del mundo se verá en la siguiente ronda con el argentino Juan Martín Del Potro, que derrotó pocos minutos después al francés Gilles Simon por 7-6 (8), 7-6 (5) y 7-5.
En cuanto al enfrentamiento con "Delpo", que regresó este año a la competición tras perderse casi toda la temporada anterior por una lesión en su muñeca derecha, Nadal aseguró: "es uno de los mejores del mundo y está aquí otra vez al máximo nivel".
Tras dos sencillas pruebas ante Michael Russell y Ryan Sweeting en primera y segunda ronda, respectivamente, Nadal empezó a encontrarse el viernes con sus primeras complicaciones en esta edición de Wimbledon, en la que aspira a hacerse con su undécimo "Grande".
Complicaciones que venían a causa del duro saque del luxemburgués, para el que Nadal se había estado preparando con Feliciano López, hasta ahora el mejor sacador del torneo con 72 "aces" anotados.
"Fue muy difícil para jugarlo. No tenía opciones de romperlo. Y, llegado el desempate, es una lotería", comentó Nadal a pie de pista al término de su partido, en el que encajó 17 directos de su rival.
Éste reconoció que es "una importante victoria" para seguir "jugando a muy bien nivel" en Wimbledon.
Muller empezó ayer el duelo sereno y amarrado a su mejor arma. Hacía casi imposible a Nadal restar su servicio. La dificultad de Nadal para encontrar su hueco sacaron, no obstante, lo mejor de este tenista, que llegó a levantar dos bolas de set en el primer parcial.
Ante el potente saque de su rival, que anotó diecisiete "aces", la estrategia de Nadal fue esperar, resistir, hasta que éste errara. Después de un set sirviendo magistralmente, Muller flaqueó en el aspecto mental. Cometió un total de 22 errores no forzados.
Fue así como Nadal aprovechó los dos fallos del luxemburgués en el desempate para encontrar formas de adelantarse con una primera manga a su favor.
La última derrota de Nadal en la tercera ronda de un Grand Slam fue en el Abierto de Estados Unidos en 2005 ante James Blake. Eran tiempos en los que Nadal todavía se formaba, componía ese "genio" al que hoy coreaban en la pista Uno del All England Club en todos los idiomas.
Reanudado el partido hoy en el segundo set, las cosas comenzaron igual que como quedó el viernes. Muller buscaba hacer daño al gran favorito con su saque, pero las dotes de Nadal en el resto equilibraban la balanza hasta el punto de que ambos se arrastraron de nuevo hasta un desempate.
Embestidos en ese "vida o muerte", volvió a demostrarse de nuevo quién era el más grande de los dos. Por su paciencia, su aguante, su capacidad para intimidar al adversario, por muchas cosas pero, en realidad, por pequeños detalles se inclinó a la balanza a favor del español: 7-6 (5).
Con dos mangas en su contra y con Nadal en racha, Muller se hundió completamente en el tercer set. El ritmo del partido había cambiado. Poco a poco, el español se había hecho con el encuentro. El zurdo de Manacor rompió el saque de Muller en el primer juego y le dejó en blanco después. En sólo 31 minutos solucionó ese último set (6-0).
No fue un partido demasiado vistoso para el espectador, con excepción de algunas subidas a la red, pero permitió a Nadal continuar bastante fresco y descansado en el cuadro.
El español aspira a hacerse con su undécimo "Grande". Actualmente se encuentra igualado al estadounidense Bill Tilden en la sexta posición de la lista de los tenistas con más títulos de Grand Slam en su carrera, que lidera el suizo Roger Federer con dieciséis.