Lisboa. Sorprendentemente joven y exitoso, André Villas Boas continúa con su imparable ascenso al cambiar el banquillo del Oporto por el del Chelsea sólo 21 meses después de debutar como entrenador principal. El discípulo de Mourinho sigue los pasos del considerado su maestro, quien también hizo el trayecto entre Dragao y Stamford Bridge, hace siete años, para confirmarse como uno de los mejores entrenadores del fútbol mundial.

La salida de Villas Boas (Oporto, 1977) ha sorprendido en Portugal pese al interés mostrado por algunos de los grandes de Europa, entre ellos el Inter, ya que renovó por el Oporto en diciembre. Los 15 millones que ha costado su rescisión le han convertido, de hecho, en el técnico más caro de la historia.

Con su llegada al club blanquiazul, en junio de 2010, el Oporto fue un equipo temible. Consiguió terminar los 30 partidos de la Liga lusa sin una sola derrota, con 27 victorias, 73 goles a favor y 16 en contra.

Ganador del campeonato liguero con una superioridad insultante -21 puntos sobre el Benfica-, coronó su soberbia temporada con cuatro títulos al alzarse también con la Supercopa lusa, la Copa de Portugal y la Liga Europa. El título europeo fue el más especial para los aficionados blanquiazules, que no disfrutaban del éxito en el continente desde la salida, precisamente, de Mourinho hacia Stamford Brigde, cuando había conquistado en 2004 la Champions frente al Mónaco.

Villas Boas, quien admitió que su relación con el ahora entrenador del Real Madrid se ha "enfriado" desde que dejaron de trabajar juntos en 2009, se convirtió al vencer la Liga Europa en el técnico más joven de la historia en conseguir un título europeo. En esto también superaba al maestro.

En apenas una campaña, el nuevo técnico del Chelsea, de 33 años, imprimió al Oporto orden defensivo, capacidad de presión y rapidez en la salida al contragolpe, aunque sin despreciar la posesión de balón. De su mano se pudo ver la mejor versión de las dos estrellas del equipo, el brasileño Hulk y el colombiano Falcao, ambos codiciados ahora.

Villas Boas siempre apuntó maneras. Con 16 años, impresionó al entonces técnico del Oporto, Bobby Robson, al aconsejarle en un perfecto inglés cómo aprovechar al otrora delantero del Oporto Domingos Paciencia. Robson se convirtió en su valedor, lo que le permitió comenzar su carrera y viajar -pese a ser menor de edad- en condición de becario para estudiar el modus operandi del club Ipswich.