Cuando el checo Antonin Panenka batió al meta Sepp Maier, con una peculiar manera de lanzar el penalti decisivo durante la final de la Eurocopa de 1976, pocos podían imaginar que se estaba escribiendo un célebre capítulo de la historia del fútbol mundial. Han pasado 35 años y aquella revolucionaria y sutil manera de lanzar una pena máxima se ha convertido en un icono que todavía hoy ensayan con más o menos fortuna futbolistas de todas las partes del globo.

Justo ayer se cumplieron 35 años de aquella legendaria acción. Panenka se jugó el título de la Eurocopa para su país de una manera que nadie esperaba. Tiró de sangre fría y jugó con los corazones de los millones de personas que presenciaban aquella final. Tuvo suerte. Tampoco se lo esperaba Maier, que ha pasado a la historia como el meta batido por un toque sutil por el centro de la portería, justo cuando ya había decidido lanzarse hacia la izquierda para tratar de adivinar el lanzamiento del checo.

El bigotudo ariete del Bohemians se había convertido en un innovador. Cansado de que el meta de su equipo, Zdenek Hruska, le adivinara sus intenciones a la hora de enfrentarse al penalti, Panenka ideó una manera, algo sorprendente, y que, con mejor o peor suerte, una legión de atrevidos imitadores la han seguido a partir de entonces.

Panenka explica aquel lanzamiento, que supuso el triunfo de la selección checa ante la Alemania Federal, en una entrevista publicada en la revista especializada que lleva su nombre (www.panenka.org) y que ayer, aprovechando la efeméride, vio por primera vez la luz.

"Solía quedarme con el portero después del entrenamiento y hacíamos pequeñas apuestas en las tandas de penaltis (cervezas, chocolate...). El meta era bastante bueno y casi siempre me ganaba", ha explicado el jugador. Hasta que una noche Panenka, dándole vueltas al asunto, encontró la forma de engañar a Hruska. "Pensé en ese tiro centrado y flojo, que sorprendería al portero ya vencido a un lado", ha recordado.

La sangre fría de Antonin Panenka cobra sin embargo especial magnitud por el momento que eligió para llevar a la práctica su revolucionaria idea. Era la final de la Eurocopa de 1976, acababa de fallar el anterior penalti de la tanda el alemán Uli Hoeness y si marcaba, la gloria sería para él. Dice que no se arrepiente del momento elegido para llevar a cabo esa fechoría futbolística. "Siempre he entendido el fútbol como una manera de divertirme", ha asegurado Panenka, quien ha comentado que cuando sigue una tanda de penaltis, más que fijarse en el lanzador, lo hace en el portero.

"No veo quién los tira, sino cómo se comportan los porteros. Tal y como se tiran, mi método sería exitoso en un 90% de los casos", ha explicado. Panenka también habla sobre el fútbol actual y sobre los dos jugadores más determinantes: Messi y Cristiano. "Tienen un juego muy diferente, pero cada uno sabe reaccionar rápido y no sólo tienen la idea, sino también la técnica para realizarlo", ha comentado. El ex futbolista checo considera que el secreto del éxito en el fútbol sólo tiene un camino: "El balón es tu amigo no tu enemigo".