sarajevo. Hay tragedias tan sorprendentes que dejan sin aliento a cualquiera. Lo ocurrido ayer en el seno de la familia del serbio Savo Milosevic, mítico exjugador de Osasuna o Zaragoza, entre otros equipos de la Liga española, sacudió el mundo del fútbol como pocas noticias en los últimos tiempos. El padre del antiguo delantero rojillo murió ayer tiroteado en el patio de su casa familiar. Lo hizo a manos del abuelo de Milosevic, que no tuvo reparos en disparar a su propio vástago tras una discusión. Según informaron medios locales, la riña tuvo lugar en el patio de la casa de la familia Milosevic, en la localidad de Glavicice, unos doscientos kilómetros al este de Sarajevo.
Un portavoz de la Policía local declaró a la agencia de noticias Srna que, después de una pelea por motivos que se desconocen, el abuelo de Savo Milosevic entró en la casa, sacó un rifle M-48 y disparó a su hijo en el pecho. El padre del antiguo futbolista murió durante el traslado al hospital y la Policía detuvo poco después al agresor. Un auténtico mazazo del que el delantero, internacional con Serbia en 102 ocasiones, tendrá difícil reponerse.
retirado hace tres años Milosevic, de 37 años, se retiró de la práctica del fútbol hace tres años cuando anotaba sus últimos goles en el Rubin Kazan ruso, con el que llegó a alcanzar su último título liguero antes de dar por concluida su trayectoria deportiva, que le llevó a la Liga española en 1998 por primera vez para defender la elástica del Real Zaragoza durante dos campañas antes de partir a Italia para militar en el Parma. Tras regresar a España, de nuevo a Zaragoza, Savo jugaría en el Espanyol y Celta de Vigo. En 2004, el jugador nacido en la localidad bosnia de Bijeljina fichó por Osasuna, donde hizo vibrar a los espectadores del Sadar anotando 22 goles durante sus tres años en Pamplona, donde regresó el pasado año para recoger un premio y coincidió con alguno de sus excompañeros.