La destacada actuación del mallorquín le permite seguir resistiendo en lo alto de la general, donde continúa primero, aunque ahora con 98 puntos pero sólo con siete puntos de ventaja respecto a Stoner.

El gran protagonista de la jornada de la clasificación ayer, el italiano Marco Simoncelli (Honda), vio cómo le desaparecía la ventaja de la 'pole' justo apagarse los semáforos, ya que llegó séptimo a la primera curva, aunque acabó en sexta posición sin ningún tipo de lucha con otro rival, ya que por encima no se acercó a Valentino Rossi y mantuvo, por detrás, una cómoda distancia con sus perseguidores.

La carrera finalmente acabó con trece pilotos en la pista, tras las bajas de Dani Pedrosa (Honda) y Colin Edwards (Yamaha), ambos con rotura en la clavícula, el primero en la carrera de Le Mans, y el segundo en los entrenamientos oficiales de Montmeló el sábado. A ellos se sumaron los accidentados Randy de Puniet y Hiroshi Aoyama, quienes se toparon en la tercera vuelta.

La carrera, rota casi de inicio y sin mucha historia, a pesar de que Lorenzo se colocó primero en el primer giro, tras el cual Stoner se hizo con el liderato, pudo haber entrado en un gran momento de emoción cuando la incertidumbre por la llegada de la lluvia se instaló en los garajes de los equipos.

En la vuelta doce, aparecieron las banderas blancas alertando de lluvia y todos los garajes sacaron las motocicletas a la espera del primer 'flag to flag' de la temporada, que no se produjo a pesar de una amenaza veraz de lluvia en abundancia.

De hecho, en algunos tramos del circuito empezó a chispear pero ninguna moto recibió la orden de entrar. Ironías de la vida, el sol salió con potencia tras la entrada de trofeos.

Sin una batalla en lo alto de la cabeza, donde Stoner, una vez más y ya empieza a ser costumbre este año, seguía con su ritmo, los intercambios en los adelantamientos entre los italianos Andrea Dovizioso y Valetino Rossi, en las posiciones cuarta y quinta, fueron de lo más atractivo en la que resultó una aburrida carrera.

Lorenzo, que siempre dijo que la victoria era imposible, como mínimo le sacó todo lo que tiene su Yamaha, y a pesar de ir perdiendo décimas en cada vuelta, se mantuvo en la segunda posición sin sufrir por el acoso de su compañero Spies.

Cerrando el corto grupo de trece pilotos acabaron Héctor Barberá, Álvaro Bautista y Toni Elías, sin ninguna opción más que acabar la carrera.

Con esta victoria de Stoner, la tercera en cinco carreras (Catar y Francia), el piloto australiano pone de evidencia una vez más que en las pista veloces la Honda parece insuperable.

En los dos próximos meses, las Yamaha podría recuperar algo de terreno perdido y aspirar, como pasó en Portugal, a un triunfo.