UN Giro espectacular y un vencedor no menos brillante. Alberto Contador, el mejor ciclista en una ronda de tres semanas, está marcando una historia sobre la bicicleta, como lo evidencia el hecho de quedarse ya a una sola victoria de Miguel Indurain en una grande. Para más inri, todavía cuenta con años por delante para seguir dando que hablar. Vamos, algo semejante a lo que ocurre en el mundo del fútbol con el Barcelona de Guardiola. A los demás solamente les queda optar a ser el mejor de los secundarios, tal y como pasaba en la era de Eddie Merckx. Es por ello que sea ya el máximo favorito en el Tour de Francia si, como parece, finalmente puede correrlo. Tiene un 90% de opciones de metérselo en el bolsillo, mientras que el 10% es para Andy Schleck y compañía.
La ronda italiana ha respondido a las expectativas. Se habló mucho de antemano de su dureza, aunque tras los Dolomitas y las dos victorias de Euskaltel-Euskadi estuvo visto para sentencia y se fue como relajando, descendiendo el ritmo. En lo que respecta al equipo naranja, el balance no puede ser mejor a tenor de los dos triunfos cosechados con la firma de Antón y Nieve, si bien este último no ha podido acabar finalmente entre los diez primeros. Eso sí, desde un primer instante suscribí que mucho más relevante que la general era devorar alguna que otra etapa e inscribirla en el palmarés. Considero que con una grande así hemos conseguido enganchar a la gente con el ciclismo, siendo el día más espectacular aquel en que ganó Wenning y el más triste, obviamente, en el que perdimos a Wouter Weylandt, o la jornada en que supimos del fallecimiento de Xavi Tondo. Sorprendió Sivtsov, comprobamos que la gente joven viene pisando fuerte, asistimos al duelo entre Nibali y Scarponi, que el último de ellos se llevó el gato al agua... Y confirmamos que Contador es un ciclista que acompañará en la historia a los que ya son leyenda.