MADRID. Dallas Mavericks y Miami Heat se medirán a partir del próximo martes en el asalto definitivo por el anillo de la NBA, después de que el equipo de Florida eliminara la pasada madrugada a unos Chicago Bulls que fueron el mejor equipo de la fase regular, pero que en los play off han acusado su excesiva dependencia del MVP del año, Derrick Rose. Dallas y Miami solo han jugado una final de la NBA en su historia y curiosamente se vieron las caras entre ellos, concretamente hace cinco años, cuando los Mavericks se plantaron como favoritos, pero sucumbieron en seis encuentros (4-2) víctimas de la inspiración de Dwayne Wade, MVP de aquella final.
En esta ocasión, los pronósticos se revierten y, a priori, Miami parte con un ligero favoritismo tras barrer en cinco partidos a los Bulls (4-1). La cuarta y definitiva victoria se produjo la pasada madrugada en el United Center (80-83), donde los hombres de Erik Spoelstra culminaron una gran remontada -perdían por 12 puntos a falta de tres minutos- gracias a la inspiración de Lebron James.