Gardeccia Val di Fassa. Mikel Nieve llegó "apajarado" a la cima de Gardeccia Val di Fassa, sin fuerzas para levantar los brazos y celebrar algo que no se había imaginado desde su debut profesional: "ganar la etapa reina del Giro de Italia", una de las más duras de la historia del ciclismo contemporáneo, sólo un día después de la hazaña de su compañero Igor Antón en el Zoncolan.
Tal vez su director y sus propios compañeros confiaban más en sus condiciones que él mismo, por lo que tuvo que recibir los ánimos de toda la escuadra naranja para probar suerte. Y el sueño se hizo realidad.
"Vine al Giro con la intención de hacerlo bien en montaña y estar cerca de Igor Antón, para ayudarle lo máximo. En el Zoncolan me encontré bien y hoy en la reunión de la mañana me han animado para entrar en la fuga y disputar la etapa. Igor me decía que buscara la fuga, porque podía hacer algo importante", explicó Nieve.
Le costó creérselo, tal vez porque pocos sueños pasan una factura tan cara como la que pagó en la etapa reina del Giro. Siete horas y media encima de la bicicleta, 100 kilómetros persiguiendo a Garzelli, que iba escapado y un ascenso final de 6 kilómetros "a saco" para rematar su trabajo de todo el día.
"Para mí ganar una etapa reina del Giro es cumplir un sueño. Cuando pasé a profesionales no me imaginaba que podría llegar a hacer esto. Ha sido sin duda el día más duro de mi carrera. Desde el Giau, cuando se fue Garzelli, fue como una batalla uno contra uno y al final han sido 100 kilómetros en solitario. Se me ha hecho la etapa eterna", comentó el corredor de Leitza).
Nieve sacó fuerzas de donde no había, cuando cada metro se estiraba a su vista más de la cuenta. "Subí como podía, no tenía fuerzas, el último kilómetro se me hizo eterno. En meta no quedaban energías ni para levantar los brazos".
Ahora quinto en la general, por delante de Igor Antón, Nieve no piensa en quitarle los galones a su jefe de filas.
"No, de ninguna manera voy a ser el líder del equipo. En la crono Igor Antón me pasará por encima. Si acabo entre los 10 primeros de la general estará bien, si no, no pasa nada", señala.
Con una etapa en la Vuelta (Cotobello) y otras en el Giro (Gardeccia), el próximo reto de Nieve podría situarse en alzar los brazos en una etapa del Tour, pero, armado de modestia, posiblemente necesitará de nuevo el "empujón" de sus compañeros.
"¿Lo siguiente?. El Tour es otra cosa, hay que ir despacio. Tuve la suerte de ganar la etapa de la Vuelta en Cotobello y ahora ésta. Nunca he ido al Tour, pero será imposible ir y ganar una etapa así", concluyó.