NO sé si sentenciada pero casi. El golpe magistral asestado por Alberto Contador en la subida al Etna deja prácticamente sin emoción un Giro donde el madrileño desbarató de un plumazo las críticas que recibió en días precedentes sobre su estado de forma por parte de la prensa italiana. El de Pinto, aunque no era una subida para sus características, ejerció como un auténtico número uno para así colocarse líder y enfundarse una maglia rosa que difícilmente alguien podrá ya quitarle, por mucho que nos adentremos aún en la segunda semana de carrera.
Demostró que no tiene contrincantes, con un Scarponi que trató de hacerle daño pero que sin embargo se quedó atrancado, mientras que Nibali tampoco supo dar la cara y no ofreció resistencia. Sí estuvieron medianamente a la altura Garzelli y Sivtsov, pero no son gente que vaya a estar en la pelea por la victoria final, ya que irán de más a menos. A mi juicio, apenas queda por resolverse quiénes ocuparán la segunda y la tercera plaza del podio porque, de no mediar una desgracia, Contador tiene este Giro 2011 en su bolsillo, con una diferencias -casi un minuto sobre su perseguidor- que son ya excesivas a la altura en que nos encontramos.
En lo que respecta a Igor Antón, ya puede ponerse a pensar en ganar una etapa porque, además, con ella tendría prácticamente hecho colarse entre los diez primeros de la clasificación general. La misma carrera irá poniendo a unos y otros en su sitio, y muchos de los que están ahora delante, irán cediendo paso. Hoy toca jornada de descanso, y quizás de reflexión, en un Giro que tiene ya nombre y apellidos.