TROPEA. Con esta mejora, Contador se coloca al frente del grupo de favoritos, en una jornada en la que el holandés Pieter Weening mantuvo la maglia rosa.
Gatto, un esprinter de 26 años de futuro esperanzador, saltó del pelotón como un auténtico felino a 1.700 metros de meta, apenas superado un repecho del 7 por ciento que seleccionó el grupo y aguantó hasta meta en un alarde de fuerza que le dio la etapa y le presentó en sociedad por todo lo alto.
Mientras Gatto marchaba desatado en busca de la gloria, saltó Alberto Contador a 1.200 metros de la línea sin respuesta de sus enemigos. El madrileño no alcanzó al velocista transalpino y se conformó con el segundo puesto y un premio de 12 segundos de bonificación.
Además lanzó un mensaje a sus rivales en vísperas de la etapa del Etna y despejó dudas respecto a comentarios que ha escuchado el triple vencedor del Tour sobre una supuesta mala forma reflejada en la etapa de la víspera.
"Iba bien colocado, vi un buen momento para atacar y decidí ir hasta el final. Faltó poco para coger al escapado, pero al menos he tenido bonificación, que me parece importante", señaló Contador en meta.
El grupo principal se presentó a 5 segundos de Gatto y Contador, con Alessandro Petacchi al frente y Fran Ventoso en séptima posición. Nibali, Kreuziger, Scarponi, Menchov y resto de corredores importantes cruzaron en el mismo registro.
Contador, que endosó en total 17 segundos a sus rivales directos, ya es quinto en la general a 15 segundos del holandés Pieter Weening, que aguantó el liderato, pero se puso al frente de la lista real de candidatos a la maglia rosa, la víspera del Etna, en el esperado primer gran duelo de alta montaña.
Un desenlace inesperado y con altas dosis de emoción en otra maratoniana etapa con pronostico de esprint . El guión pegó un volantazo con un repecho al 7 por ciento situado a poco más de 2 kilómetros de la línea de meta y un estrechamiento en la carretera donde había que colocarse bien para evitar sorpresas. El espectáculo que faltó en Montevergine de Marcogliano lo tuvo una jornada pegada a la costa, que siguió la línea azul del Tirreno de principio a fin.
Contador salió reforzado de Tropea, "La perla del Tirreno", ya en el sur de Italia, a un paso del territorio siciliano de Nibali. Una pequeña erupción que empata con Nibali. El líder del Liquigas superó al español en la primera cronometrada por equipos y señaló que le ganaba "uno a cero". Luego le asustó en el descenso espectacular de sterrato en la Croce di Fighine, en la quinta etapa. Tal vez el madrileño tenía algún recado que enviar. "Estoy en buen momento y ayer no me pasó nada", advirtió.
La historia de la etapa que llevó la carrera rosa hasta el empeine de la bota italiana la empezaron a escribir dos corredores anónimos italianos, Leonardo Giordani (Farnese Vini) y Mirko Selvaggi (Vacnasoleil). Se pegaron una paliza de más de 205 kilómetros escapados. Para nada, pues a 7 kilómetros de meta claudicaron ante el monstruo lanzado del pelotón, donde los equipos de los velocistas aún soñaban con la "volata".
Momento para ordenar al grupo. El Columbia de Cavendish y el Lampre asomaron en cabeza para sus líderes. El paso por el repecho de 600 metros previo al último kilómetro hizo mella. Del desorden salió Gatto como una bala, y ya no miró atrás. Se fue derecho hacia su segunda victoria en 2011, ganó una etapa en el Giro de Reggio Calabria, y la quinta en su trayectoria desde su debut profesional en 2007. El futuro le espera.