BARCELONA. El balear fue más sólido y regular que Ferrer, especialmente en el primer set, donde el alicantino se mostró muy poco consistente con su servicio y cometió demasiados errores no forzados, sobre todo con su revés.
Nadal logra de este modo su título ATP número 45, trigésimo primero en tierra, superficie donde sólo ha perdido dos finales: Hamburgo 2007 y Madrid 2009, ambas ante el suizo Roger Federer.