SUFRIÓ toda la carrera. Nunca pudo mantener sus posiciones porque los neumáticos y los problemas de velocidad y agarre de su Ferrari le condenaron. Entre las vueltas 28 y 29 pudo verse con claridad cómo le adelantaban sin ningún problema Rosberg, Button y Hamilton. "Nunca fuimos rápidos, con las dos paradas veías a los de atrás pasarte como disparos. La cuestión era aguantar", reflexionó un decepcionado Alonso. Condenado a ello, la Scudería pasará los próximos días a desarrollar su plan B. Su garaje es lo más parecido a un gabinete de crisis después de que el viaje relámpago de Domenicali a Maranello parezca no haber servido de mucho. Por delante, tres semanas para aliviar las heridas y solucionar los problemas que el túnel del viento no ha podido resolver. Prisas generadas por los pésimos réditos de la minigira asiática.
La dura realidad es que Vettel viaja a más de 40 puntos. Quizás algún podio habría sido suficiente para frenar la sangría de uno de los peores arranques que se recuerdan por tierras transalpinas. Incluso más de uno echará de menos la inicial plaza de Bahrein, tradicional enclave ferrarista, donde se podrían haber mitigado los daños colaterales de la pegada de Red Bull y McLaren. O quizás tampoco. Las chanzas asoman ya por la Red, donde se apunta que "lo único que ha mejorado Ferrari es la marcha atrás". Un registro lo corroboró ayer: la vuelta rápida de Alonso fue de 1.42.070, en la misma décima que Jarno Trulli con su Team Lotus. "Si en China las cosas no funcionan quizás cambiaremos totalmente de configuración aerodinámica", había señalado en las horas previas Domenicali. Los datos del túnel y simulador no se confirman en la pista. No sabe por qué y descubrirlo es la prioridad absoluta. Ferrari remodeló su estructura, forzada en parte por el gatillazo de la última prueba del curso pasado, en Abu Dabi, donde un error de cálculo sirvió el título en bandeja a Vettel cuando el ovetense era el favorito. Nadie sabe dónde está Chris Dyer, el responsable de la estrategia en aquel entonces, mientras que se incorporaron Pat Fry, de McLaren, y Neil Martin, de Red Bull, como adalides de la táctica. El primero de ellos opera desde el muro y el segundo lo hace desde Maranello, pero a día de hoy no hay quien dé con la tecla correcta.