nos las prometíamos muy felices pensando en la posibilidad de tener tres equipos de la ACB en la Final Four de Barcelona. Al final solo irá uno, y porque se enfrentan entre ellos. ¿Será el Power Electronics Valencia o el Real Madrid el que represente a nuestro baloncesto? Yo no pondría la mano en el fuego por el Madrid, que es el que tiene el factor cancha a favor. Si los pupilos de Pesic tienen la paciencia y la concentración que no tuvieron en el tercer partido, a pesar de demostrar inferioridad en el juego interior y en las rotaciones, tienen muchas posibilidades de ser los que representen a la ACB. En cuanto al Baskonia, el equipo ha llegado muy justo físicamente a estos cuartos de la Euroliga , y además los equipos españoles han tenido que disputar un partido entre medias que ni griegos ni israelíes han hecho. Será porque ellos les dan mucha importancia a la Euroliga, y nuestros mandatarios no. La superioridad física de jugadores como Pargo contra Huertas, o de Big Sofo y Hendrix sobre Barac y Batista han sido fundamentales para el devenir de los partidos disputados en Tel Aviv. Para el Baskonia, jugar con una rotación de ocho jugadores no ha ayudado a equilibrar el aspecto físico. De todas las maneras, esa superioridad en los partidos en el Buesa Arena se minimizó, en primer lugar, porque los baskonistas tuvieron cuatro días sin competir desde el último partido de Liga, y porque jugaban con el apoyo del público vitoriano, que les da un plus desde el punto de vista psicológico y emocional. En su momento hablamos de la presión a la que iba a ser sometida la expedición baskonista en Israel, pero la realidad es que nos han ganado en la cancha y no en los despachos. He echado en falta en los partidos del Nokia Arena algún planteamiento táctico diferente, tanto en defensa como en ataque, para intentar sorprender al contrario. Sobre todo en el partido del jueves, después de la severa derrota en el tercero y con el 2-1 en la eliminatoria. Lo más normal es que se hubiera tenido que jugar un quinto partido en Vitoria, si se hubiera ganado el segundo encuentro, y el equipo hizo méritos para ello. Pero el baloncesto es así y un mal minuto puede llevar al traste todo el buen trabajo realizado hasta ese momento. Puede parecer un demerito del Caja Laboral haber terminado la aventura europea de esta temporada con dos derrotas claras y de esta manera. Pero el verdadero mérito de este año es haber llegado hasta donde se ha llegado con las carencias de juego tan marcadas que se han podido apreciar. Pocos daban un duro por este equipo en la primera fase después de encajar cinco derrotas consecutivas y con un juego poco atractivo, y al final se clasificaron. Lo mismo pasó en el Top 16 y entraron como primeros. Ahora es momento de descansar y recuperar a los jugadores para afrontar la última parte de la temporada de la mejor manera posible. Ya habrá tiempo después para reflexionar y tomar las decisiones necesarias teniendo en cuenta el rendimiento del equipo.